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Nov 8, 2009

El total desamparo de Cristo: "Eli, Eli, Lema Sabachtani"


La Biblia no solo nos muestra la ira de Dios acerca del sufrimiento de Cristo, sino que nos enseña que el mismísimo Hijo de Dios, el único que no cometió pecado (1 Juan 3:5) y amado por Dios siendo él su misma complacencia (Mar. 1:11), sufrió el abandono y rechazo total de su Padre hasta la muerte. ¿Te imaginas a Jesús, el único justo y santo siendo abandonado completamente por su padre? Siguiendo los versículos proféticos del Salmo 22, leemos:

“Tú que habitas en la alabanzas de Israel. En ti esperaron nuestros padres; Esperaron, y tú los libraste. Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.” (Sal. 22:4-5)
Jesús nos muestra que esto es la continuación de lo que él nos quería dar a entender sobre lo que estaba pasando en el momento de su crucifixión. Lo que nos muestran estos versículos es una queja en clamor a Dios, el Mesías en la cruz estaba diciendo algo así “En la historia de Israel cuando un hombre justo clamó a ti, tú lo salvaste. Pero yo, tu Hijo, tu Mesías, yo clamo desde la cruz pero me has desamparado, Si Tú me hubieras afligido podría sufrirlo, porque tu faz resplandecería; pero el abandonarme del todo, ¡ah!, ¿¡Por qué!?”

La respuesta se encuentra en el mismo capítulo de Salmos 22: “Pero tú eres santo” (v.3)…. “Mas yo soy gusano y no hombre” (v.4)

Ahora, puedes ver el fondo de estas 2 afirmaciones, la primera es como si Jesús hubiera dicho: “No importa lo que he de sufrir. Las tempestades pueden rugir sobre mí, los hombres pueden despreciarme, los demonios tentarme, las circunstancias arrollarme, y Dios desampararme; con todo, Dios es santo, no hay injusticia en El.”

“mas yo soy gusano y no hombre” ¡Imagínate! ¿Cómo podía el Señor de la gloria llegar a una sumisión tan grande como para no sólo ser inferior a los ángeles sino también inferior a los hombres? ¡Qué contraste entre “YO SOY” (Exo. 3:14) y “Soy un gusano”!; con todo, esta doble naturaleza fue hallada en la persona de nuestro Señor Jesús cuando sangraba y sufría la ira de Dios en el madero. Dios desamparó a su Hijo en la cruz, porque en la cruz su Hijo Santísimo llego a ser pecado, ¡La cosa que Dios aborrece y condena!


El regalo de Dios en Cristo
Nosotros teníamos que morir como paga por nuestros pecados, Dios lo estableció de esa forma en su santidad y su justicia: “La paga del pecado es la muerte” (Rom. 6:23). Pero, en vez de eso, el Precioso Hijo de Dios murió por ti y por mí, tomando nuestro pecado y clavándose en una cruz esperando el juicio por amor a nosotros.

Alguien tenía que morir fuera de la presencia favorable de Dios, alguien tenía que morir condenado de Dios, ¿Por qué? Simple, Dios es juez justo, por lo tanto el no puede perdonar el pecado y ser justo a la vez, el juez justo tiene que condenar al culpable.

Verás, la Biblia afirma una cosa muy importante acerca de nuestra situación pecaminosa:

“Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” (Gal. 3:10)
¿No has permanecido en las cosas escritas en el libro de la ley de Dios? ¡Por supuesto que no! Y tú lo sabes muy bien, nadie ha sido capaz de hacerlo, porque tenemos una naturaleza rebelde con una tendencia al pecado, la Biblia dice:
“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” (Rom. 3:10-12)
Creo que es muy clara la Palabra cuando nos muestra a quien se refiere como “Maldito”. Sí, así es Dios; él es Santo. Malditos somos ante Dios por causa de nuestros pecados; Dios no es neutral con el pecado. Pero, la maravillosa noticia del amor de Dios es poder saber que alguien en amor aún por sus propios enemigos (tú y yo en nuestras acciones) el murió por ti haciéndose maldito en tu lugar, ese fue el mismo Hijo de Dios:

“Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición” (Gal. 3:13)

“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2Co 5:21)

Redimir traducido de la palabra original griega ἐξαγοράζω significa según la referencia Strong: “comprar”, “pagar rescate”, “rescatar de pérdida”. Jesús nos compró pagando el rescate mediante su muerte, nos rescató de nuestra vida perdida y condenada derramando toda su sangre por nosotros. ¡Cristo dio su vida para salvarte a ti!

¡Los creyentes en Cristo no somos salvos porque Jesús murió como un mártir, no somos salvos porque los romanos golpearon y crucificaron a Jesús, somos salvos porque en la cruz él llevó nuestro pecado y toda la ira, castigo y justicia de Dios que nosotros merecíamos, todo esto cayó sobre Jesús, sobre su Hijo, Dios quebrantó a su propio hijo, y cuando su Hijo murió, él satisfizo una vez para siempre la justicia de Dios y ahora Dios puede justificar al pecador y a la vez ser justo.

Justicia perfecta satisfecha en la cruz del calvario,


¡Problema resuelto!

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