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Sep 14, 2008

¿Como Vencer el Miedo Según la Biblia?

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¿Quién no tiene miedo?

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; Porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”
Gálatas 6:9.


Todos sentimos miedo en nuestra vida. Gracias a él hemos llegado a sobrevivir como especie. De no ser así habríamos muerto bajo las patas de un mamut hace miles
de años.

Éste es el miedo que llamamos equilibrante porque está asociado a la prudencia, nos permite reconocer aquellas situaciones que pondrían en peligro nuestra propia integridad. Este miedo evita por ejemplo que digamos a un superior lo que realmente pensamos de él, o que nos quedemos en cama varios días cuando nuestra obligación
es ir a trabajar.

Pero, ¿qué pasa cuando el miedo equilibrante se alarga en el tiempo y sin justificación aparente?: entonces se convierte en un miedo tóxico, que puede dañar nuestra salud y bienestar.

Pero, ¿qué es el miedo?

El miedo es una emoción con la que nacemos, pero que se puede ir modulando a través de la propia educación, el entorno, la cultura, etc. Los griegos lo explicaban muy bien a través de la mitología: Venus, diosa del amor, mantuvo un romance con Marte, dios de la guerra. De él nacieron cinco hijos: Cupido (dios del amor erótico), Anteros (dios del amor correspondido), Cocordia (diosa del equilibrio y la belleza), Fobos (la fobia) y Deimos (el miedo). Como vemos, el miedo por tanto procede de la
unión del amor y la guerra.

¿Esto qué quiere decir? Que en la medida en que nosotros queramos o amemos algo temeremos perderlo.
Es muy fácil también apreciarlo en el famoso cuento Juan sin miedo: Juan era un chico que no conocía el miedo. Pasa mil aventuras y peripecias pero no consigue saber qué es sentir miedo. Solamente al final del cuento, cuando se casa con la princesa y todo funciona perfectamente es cuando siente temor por primera vez. Hasta ese momento Juan no tenía nada y por tanto no tenía por qué temer. Sin embargo, cuando nace su amor por la princesa, con él nace también el miedo a perderla.

¿Se ha utilizado el miedo a lo largo de la historia como sistema de gestión de equipos de trabajo?

Sí, indudablemente sí. ¡Y realmente funcionaba! Según decía Ford en los años 40 el gran problema que encontraba a la hora de contratar personal para sus fábricas era que "pido dos brazos y me llegan con cerebro". Lo que se buscaba eran autómatas como el conejito de Duracell que se limitasen a realizar las tareas que otros habían ideado. En la actualidad todavía existe más de un 50% de empresas que gestionan basándose en el miedo, pero a diferencia de hace cincuenta años, este
sistema no tiene mucho futuro.

En un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa, lo que vale es el talento, la innovación y la creatividad, y ninguna de ellas se puede desarrollar cuando existe el miedo.
¿Por qué?


Reacciones físicas ante una situación de miedo.
Cuando nos encontramos ante una situación de miedo nuestro cuerpo sufre una serie de cambios: el corazón palpita con más velocidad para enviar sangre a las extremidades y al cerebro, las pupilas se dilatan, y se producen tres hormonas: la adrenalina, la noradrenalina y los corticoides, también llamados hormonas del miedo. Los corticoides impiden que se produzca la conexión entre nuestras neuronas, la sinapsis, que como sabemos es
la base de la creatividad.

Por tanto, es biológicamente imposible que una persona sea capaz de desarrollar todo su potencial cuando vive en una situación constante de miedo. Se paraliza.

¿Qué tipos de miedo conocemos dentro del entorno laboral?

El miedo al rechazo, miedo al fracaso, miedo a la pérdida de poder, miedo a no llegar a fin de mes y miedo al cambio.

- El miedo al rechazo se podría decir que es el miedo latino. Vivimos en una sociedad muy afiliativa, por eso necesitamos constantemente la aprobación del grupo. A este tipo de miedo pertenece la "vergüenza ajena", emoción que únicamente sentimos nosotros y que otras sociedades no entienden, y también el temor a hablar en público
- El miedo al fracaso es más acentuado en sociedades anglosajonas. Esto es debido probablemente a su religión: mientras el catolicismo intenta crear la armonía del grupo y por tanto fomenta el miedo al rechazo, la máxima del calvinismo es: "lo que hagas en esta vida será lo que alcances en la otra".

- El miedo a la pérdida de poder es quizá el menos reconocido. En un estudio que se hizo con 185 directores generales, solamente un 6% reconocía padecer este miedo. Sin embargo todos sabemos cómo nos gusta influir en terceros y mantener nuestra parcela de poder.

Cuando hablamos del poder distinguimos varios tipos: el poder que da la jerarquía (soy tu jefe en el escalafón de la empresa), el poder del experto (domino un tema), el poder de tener algo que el otro quiere (yo tengo esta información y te la doy cuando quiera), el poder de la influencia (soy la secretaria del director general y le hago llegar la información como quiero), el poder de la opinión (yo te otorgo poder para influirme con tus opiniones).

- El miedo a no llegar a final de mes es el más extendido. Este temor únicamente respeta a los jóvenes que viven en casa de sus padres sin responsabilidades pero...pon una hipoteca en tu vida y conocerás este miedo.

- El miedo al cambio es el padre de los demás miedos porque detrás de él se desarrolla cualquiera de los otros cuatro. Una fusión, una reestructuración, etc., suponen que sintamos miedo a no ser acogidos por el grupo, a fracasar en los objetivos marcados, a perder nuestro puesto en la jerarquía o a perder el trabajo.
Cualquiera de ellos tiene la capacidad de paralizarnos y únicamente nosotros podemos lograr conquistarlo.

¿Cómo podemos conquistar el miedo?

Existen varios pasos para conseguir que el miedo no nos paralice:
1. Aceptar que tenemos miedo. Sabemos que todos lo padecemos y no es un síntoma de debilidad reconocerlo.
2. Identificar cuál es nuestro miedo. A veces no es fácil reconocerlo. En ese caso lo mejor es centrarnos en la otra cara de la moneda: ¿cuál es nuestra motivación?: ¿estar integrados en el grupo? ¿Ganar mucho dinero? ¿Alcanzar unos objetivos? En función lo que nos motive tendremos miedo a perderlo. Por ejemplo, si nos encanta formar parte de un grupo homogéneo de personas, probablemente nuestro mayor miedo será al rechazo.
3. Mirar al miedo a la cara y hacerlo concreto. Nuestro peor enemigo siempre es nuestra propia cabeza.
Nosotros somos capaces de imaginar cosas mucho peores que la realidad. Por eso son tan peligrosos los miedos ambiguos. Cuando un jefe te dice: "haz esto o atente a las consecuencias" probablemente pensemos en unas consecuencias mucho más dramáticas que las que luego realmente sucederán. Por tanto, lo mejor es que ante una amenaza pongamos sobre el papel las posibles consecuencias. Por ejemplo, si me quedo sin trabajo, ¿cuántos meses de paro me corresponden? ¿Tengo dinero ahorrado? ¿Tengo contactos? ¿Cuál es mi empleabilidad?, etc.
En definitiva, para superar los miedos lo mejor es centrarnos en nuestra motivación trascendente, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos.

Víctor Frankl fue un psiquiatra judío que pasó la segunda guerra mundial en varios campos de exterminio, entre ellos Auswitz. Según él, no se salvaron de aquel infierno los más fuertes, ni los más cultos, ni los mejor preparados, sino aquellos que tenían una motivación más allá de su propia vida: "cuando salga escribiré un libro", "cuando salga veré a mis hijos",
"cuando salga contaré esto al mundo".

Como decía Nelson Mándela:
"No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo"


Dña. Pilar Jericó • Bilbao, 13 de marzo de 2006

“Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides”. Deuteronomio 31:6-8.

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. 2 Pedro 1:19.


“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Hebreos 11:1


“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”. Romanos 12:21


Resolución

Como deshacer un miedo: ¿Se quita el miedo?
Sí. El miedo es como un "vecino raro" que se instala en la casa. Si es bien recibido seguramente se quedará. Es como un mago. Si le quitas la magia perderá su encanto y dejará de ser un mago. Al miedo, como al "Señor de los Anillos", hay que quitarle el poder. Y el poder siempre esta por algo que desconocemos. La varita mágica es el desconocimiento. Por ello hay que explicar, de una forma lógica, lo que produce miedo al que lo siente. Es primordial para quien quiera disolver el miedo de un niño, quererlo, creerlo, y estar convencido de que puede. Es más: es necesario creer que el miedo no tiene utilidad para el niño dándole una explicación lo más verdadera posible.
Existen distintos miedos en la infancia. Pero en todos los casos, es más fácil explicar el miedo como se fuera un mago, un vecino, algo raro, pero colectivo, para que el niño se quede más centrado.

Miedo a quedarse solo
Miedo a quedarse solo, implica el temor a ser rechazado, a ser excluido, anulado, suprimido, reprimido. Es uno de los miedos fundamentales inmerso dentro de las relaciones de pareja. Miedo que nos dejen, que nos sean infieles, a la sexualidad, a todo aquello que moleste a nuestra pareja. El miedo es el motor de la infelicidad conyugal y a su vez es la amalgama para pertenecer unido.

Miedo a equivocarse
Miedo a equivocarse, tiene su raíz en el mandato familiar “haz lo que yo te digo y entonces serás bueno y te querré”. Mandato con el que hemos convivido todos los que algunas vez fuimos niños y soportamos el terror de ojos maternales o paternales diciéndonos “te equivocaste, eso no se hace así”. El miedo a equivocarse es el colmo de la prepotencia ya que lleva implícito el concepto de que eres perfecto y en consiguiente no debes tener errores. El miedo a equivocarse lo llevamos los gordos, los bulímicos, los anoréxicos, los obsesivos, en fin, miedo a equivocarse va unido a trastornos mentales, y es mejor que quien tenga ese temor lo asuma. Estas enfermo de perfección.

Ahora bien, ¿Cómo eliminamos los miedos?

No hay respuesta tipo autoayuda, los miedos no se eliminan, solo son alicientes para superarlos. El miedo a quedarse solo puede ser el aliciente para conseguir el verdadero amor, la mejor amistad, la relación mas satisfactoria. El miedo a la locura es una motivación muy buena para acercarse a la realidad y el miedo a la equivocación es el concepto perfecto para darte que cuenta de que si tienes miedo, pues sencillamente no eres perfecto. Así de simple, así de complicado.

Lo que si debemos tener claro es que tener miedo es propio de nuestra naturaleza, pero también tenemos que saber que a cada miedo le sobreviene la capacidad de superarlo, y solo aquellos que superan sus miedos día a día, saben que se eso siente como si fueran exitosos cada día de su vida. Liberarse de los miedos es un placer y todos sabemos que el hombre se rige por el principio del placer, así que los invito a revisar sus miedos, desvanecer sus incertidumbres y a lanzarse al precipicio, total tienes dos posibles salidas: o te estrellas o sobrevives. Total, es lo que hacemos los humanos cada día que vivimos. Atrévete. Supera tus miedos.

Psic. Alberto Barradas


“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”.
1 Juan 5:4.


Conoce el Temor

"En el amor no hay temor sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor" (I Juan 4:18)

El temor es una emoción propia del ser humano. Es necesaria para su supervivencia porque le indica cuando el peligro esta cerca. Puede nacer de estímulos externos o internos que habitan en su mundo interior como los malos recuerdos, traumas, carencias etc.

Hay diferentes tipos de temores. Entre los más comunes están:

El temor al abandono, temor al rechazo, temor a la crítica y fracaso, temor al hombre, temor a lo desconocido, temor a la muerte, temor al futuro, temor a las enfermedades... Todos estos temores son manifestaciones de desamparo e impotencia porque no podemos tener control sobre la situación.

La mayoría de tus temores desaparecen cuando crece la confianza en la fidelidad y poder de Dios. Sin embargo algunos temores no desaparecen a pesar de la fé. Esto se debe a tus recuerdos y traumas del pasado que han creado inseguridades en tu personalidad e imágenes exageradas y desvirtuadas sobre el hecho del pasado. El temor más destructivo es del que no conoces su procedencia, porque actúa en el fondo de tu corazón. Puede nacer también de imágenes de temor creadas en tu mente y en tus recuerdos ocultos. Los temores a situaciones específicas como a la oscuridad, a los insectos, a las alturas, al permanecer encerrado, si son muy fuertes y paralizantes son llamados fobias.

El temor, entonces puede nacer de situaciones pasadas que están reprimidas, de situaciones presentes y también de pensamientos destructivos acerca del futuro y que solo están en tu imaginación y te traen afán, ansiedad y te hacen perder seguridad en tu comportamiento ante los demás provocando complejos, tartamudez y muchas enfermedades sin causa física porque el temor altera tus reacciones físicas, tu metabolismo y tus períodos de sueño.

Para liberarse de esos temores es necesario conocer la raíz de lo que lo produce y apropiarse de la palabra de Dios.
La única forma de que un temor desaparezca es enfrentándosele, haciéndolo un enemigo sin poder en cuanto a la imagen que se a creado sobre el mismo. Sin embargo esto se hace a veces difícil porque otra persona puede llegar a desconocer la raíz que lo produce.

El temor hace a la persona incapaz para enfrentar la vida. Le pone grandes obstáculos para superarse y le produce ansiedad y tensión interna que le genera enfermedades. Una persona con temor no se enfrentará a riesgos para crecer ni cambiar porque lo desconocido le produce inseguridad.

Tener un temor específico constante puede desencadenar que se haga realidad porque la mente tratará de construir lo que se tiene presente en los pensamientos. Ejemplo de ello es temer a una enfermedad específica y que esta se desarrolle realmente. En el siguiente versículo vemos esta situación en la experiencia de Job:

"Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía"(Job 3:25).


Las reacciones ante el temor pueden ser: tratar de huir, evadirlo o paralizarte.

En el siguiente versículo vemos como el salmista trata de huir ante el temor que lo invade internamente. Sin embargo debes saber que la solución no es huir sino enfrentarlo. Pasar el túnel de una crisis y atravesarlo para luego ver la luz, pero esto solo es posible en compañía del poder, de la fuerza que te dé la seguridad y la victoria.

Esto solo es posible con Dios porque El habita dentro de tu mente y corazón donde se anida el temor. En el siguiente versículo vemos cómo el salmista se siente agobiado por el temor y la única respuesta que encuentra es huir lejos de la situación. Si la situación es externa esto puede ser una solución, pero si la situación está dentro de tu mente, no importa cuan lejos huyas siempre te acompañará, por eso deberás enfrentarlo.

"Angustiado está mi corazón dentro de mí y sobre mí han caído los terrores de la muerte. Terror y temblor me invaden, y horror me ha cubierto. Y dije: Quién me diera alas como la paloma, volaría y hallaría el reposo" (Salmo 55:4-6).


Para vencer el temor debes aferrarte a las promesas de Dios específicas para cada caso y confiar en su poder y fidelidad.
¡Cuantas promesas de Dios para que puedas vencer el temor!...
Hay momentos de lucha espiritual donde se establece una verdadera batalla en la que tu voluntad, la calidad de tu corazón y la perseverancia en la fe y en la palabra de Dios, son indispensables para liberarte de las cadenas del temor.

El temor puede ser usado por el enemigo cuando trates de dejar una atadura, un mal hábito o pecado poniendo dudas en tu corazón. Este temor es a lo desconocido. Cuando trates de restaurar tu vida en tu mente surgirán grandes dudas nacidas de la inseguridad de poder enfrentar nuevas situaciones y necesidades.


Por eso es muy importante estar decidido a creerle a Dios y a sus promesas bíblicas y no a tus pensamientos negativos que afectan tus emociones y sentimientos. Recuerda que Dios tiene una respuesta para vencer cualquier clase de temor por eso debes escudriñar siempre la Biblia. El Espíritu Santo te dará el pasaje bíblico o versículo que necesitas y que debes interiorizar en tu corazón.
Sentir temor en situaciones peligrosas reales es normal, pero estar atado al temor te impide libertad interior.
Cuando estés en ese trance debes recordar lo siguiente:

"El Señor es tu guardador, El Señor es tu sombra a tu mano derecha" (Salmo. 121:5).


Por eso es muy importante confiar plenamente en Dios. Debes recordar, para vencer, que no estás solo pues cuentas con la presencia de Dios cuando duermes y cuando estás despierto: ¡Siempre! Si temes debes permitir que Dios trabaje en tu corazón y te perfeccione en su amor. Para eso es necesario que confíes .Él tiene el control de todas las cosas en tu mundo interior y el mundo que te rodea. Para ser libre del temor debes enfrentarlo y declararle la Palabra de Dios específica que tiene poder para vencer. También debes buscar apoyo en la oración y en el compañerismo con hermanos espirituales con una sana doctrina.

Tienes la palabra de poder que vence el temor y te transforma. ¡Porque tienes el poder, respaldo, protección de Dios y puedes confiar en El .Esto es lo que te dice el Señor y debes asumir su palabra para actuar y en temores específicos y momentos de crisis.

Para enfrentar el temor:

"Sal del polvo, levántate, cautiva Jerusalén: "Líbrate, de las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sión"
(Isaías 52:2).


Para vencer el temor al hombre:
"Yo, yo soy vuestro consolador. Quién eres tú que temes al hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierva es tratado; has olvidado al Señor, tu hacedor, que extendió los cielos y puso los cimientos de la tierra, para que estés temblando sin cesar todo el día ante la furia del opresor mientras este se prepara para destruir? Pero, dónde está la furia del opresor?"(Isaías 51:12,13)...

Para vencer el temor a lo desconocido:
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas" (Josué 1:9).


Para vencer el temor al fracaso:
"Yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice:No temas. Yo te ayudo"(Isaías 41:13).


Para vencer el temor a la crítica:
"No temas, sigue hablando y no calles; porque yo estoy contigo y nadie te atacará para hacerte daño porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad" (Hechos 18: 9,10).


Para vencer el temor a la enfermedad y la muerte:

"Aunque pase por el valle de sombra y de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento" (Salmo. 23:4).


PARA REFLEXIONAR:

Cuando intentas hacer algo importante, te detienes porque te sientes inseguro de poder terminarlo? No sabes a que se debe el temor que te asalta sin previo aviso? Esta afectando tu salud física, sueño y relaciones con los demás algún temor específico? Sientes que los fracasos del pasado te perseguirán en el presente, por eso no realizas proyectos que te gustaría hacer?

PARA RECORDAR:

"Jehová es mi luz y mi salvación, de quien temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida, de quien he de atemorizarme?"
(Salmo 27:1).


"He aquí Dios es salvación mía, me aseguraré y no temeré, porque mi fortaleza y mi canción es Jehová, quien ha sido mi salvación para mí" (Isaías 12:2). "Dios fortaleza mía, roca, valuarte, libertador, refugio, escudo, cuerno de mi salvación, altura inexpugnable "(Salmo 18:1,2).


"Él está en medio de mí y es guerrero victorioso" (Sofonías 3:17).


"Porque ha oído la voz de mis suplicas, el Señor es mi fuerza y mi escudo. En el confía mi corazón, y soy socorrido, por tanto, mi corazón se regocija y le daré gracias con mi cántico"(Salmo 28:6,7).

"Abba Padre porqué no me has dado espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor sino de adopción por lo que clamo Abba Padre" (Romanos 8:15).


"No me has dado espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio" (2 Timoteo 1:7).



"Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tu has visto mi aflicción, has conocido mi alma en las angustias y no me entregaste en mano del enemigo, hiciste que mis pies se posasen en lugar espacioso"(Salmo 31: 7,8).



ESCRIBE UNA ENSEÑANZA PARA APLICACIÓN EN TU VIDA: PARA MEDITAR:

"El Señor es mi luz y mi salvación, ¿A quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré temor? Cuando para devorar mis carnes, vinieron sobre mí lo malhechores, mis adversarios y mis enemigos, ellos tropezaron y cayeron.


Aunque un ejército acampe contra mi, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello estaré confiado. Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré; que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo, porque en el día de la angustia me esconderá en su tabernáculo; en lo secreto de su tienda me ocultará; sobre una roca me pondrá en alto.

Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al Señor. Ten piedad de mí y respóndeme. Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro Señor buscaré no escondas tu rostro de mi; no rechaces con ira a tu siervo; tú has sido mi ayuda, no me abandones ni me desampares, oh Dios de mi salvación. Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el Señor me recogerá.

Señor enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis adversarios; porque testigos falsos se han levantado contra mí, y los que respiran violencia. Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que habría de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor" (Salmo 27).

El secreto para vencer el temor: Comentario del padre Raniero Cantalamessa

Mateo (10, 26-33)
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «No tengáis miedo de los hombres, pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados. Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede llevar a la perdición del alma y cuerpo en la gehenna. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre».


¡No tengáis miedo!

¡Este domingo el tema dominante del Evangelio es que Cristo nos libera del miedo! Como las enfermedades, los miedos pueden ser agudos o crónicos. Los miedos agudos son determinados por una situación de peligro extraordinario. Si estoy a punto de ser atropellado por un coche, o empiezo a notar que la tierra se mueve bajo mis pies por un terremoto, se trata de temores agudos. Como surgen de improviso y sin preaviso, así desaparecen con el cese del peligro, dejando si acaso sólo un mal recuerdo. No dependen de nosotros y son naturales. Más peligrosos son los miedos crónicos, los que viven con nosotros, que llevamos desde el nacimiento o de la infancia, que se convierten en parte de nuestro ser y a los cuales acabamos a veces hasta encariñándonos.

El miedo no es un mal en sí mismo. Frecuentemente es la ocasión para revelar un valor y una fuerza insospechados. Sólo quien conoce el temor sabe qué es el valor. Se transforma verdaderamente en un mal que consume y no deja vivir cuando, en vez de estímulo para

reaccionar y resorte para la acción, pasa a ser excusa para la inacción, algo que paraliza. Cuando se transforma en ansia: Jesús dio un nombre a las ansias más comunes del hombre: «¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos?» (Mt 6, 31). El ansia se ha convertido en la enfermedad del siglo y es una de las causas principales de la multiplicación de los infartos.


Vivimos en el ansia, ¡y así es como no vivimos! La ansiedad es el miedo irracional de un objeto desconocido. Temer siempre, de todo, esperarse sistemáticamente lo peor y vivir siempre en una palpitación. Si el peligro no existe, el ansia lo inventa; si existe lo agiganta.

La persona ansiosa sufre siempre los males dos veces: primero en la previsión y después en la realidad.

Lo que Jesús en el Evangelio condena no es tanto el simple temor o la justa solicitud por el mañana, sino precisamente este ansia y esta inquietud. «No os preocupéis», dice, «del mañana. Cada día tiene bastante con su propio mal».


Pero dejemos de describir nuestros miedos de distinto tipo e intentemos en cambio ver cuál es el remedio que el Evangelio nos ofrece para vencer nuestros temores. El remedio se resume en una palabra: confianza en Dios, creer en la providencia y en el amor del Padre celeste. La verdadera raíz de todos los temores es encontrarse solo. Ese continuo miedo del niño a ser abandonado.


Y Jesús nos asegura justamente esto: que no seremos abandonados. «Si mi madre y mi padre me abandonan, el Señor me acogerá», dice un Salmo (27, 10). Aunque todos nos abandonaran, él no. Su amor es más fuerte que todo.


No podemos sin embargo dejar el tema del miedo en este punto. Resultaría poco próximo a la realidad. Jesús quiere liberarnos de los temores y nos libera siempre. Pero Él no tiene un solo modo para hacerlo; tiene dos: o nos quita el miedo del corazón o nos ayuda a vivirlo de manera nueva, más libremente, haciendo de ello una ocasión de gracia para nosotros y para los demás. Él mismo quiso hacer esa experiencia. En el Huerto de los Olivos está escrito que «comenzó a experimentar tristeza y angustia». El texto original sugiere hasta la idea de un terror solitario, como de quien se siente aislado del consorcio humano, en una soledad inmensa. Y la quiso experimentar precisamente para redimir también este aspecto de la condición humana. Desde aquel día, vivido en unión con Él, el miedo, especialmente el de la muerte, tienen el poder de levantarnos en vez de deprimirnos, de hacernos más atentos a los demás, más comprensivos; en una palabra, más humanos.


–predicador de la Casa Pontificia– a las lecturas del domingo (Jr 20, 10-13; Sal 68, 8-35; Rm 5, 12-15; Mt 10, 26-33).
ROMA, viernes, 17 junio 2005 (ZENIT.org)..

Oraciones que Te Ayudan
Que nos dice la Biblia sobre la Oración. porqué es importante mantener una constante comunicación con nuestro creador?


Filipenses 4:6 nos dice: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.


Dios nos instruye a comunicarnos con el siempre, bajo cualquier circunstancia, el mismo Jesús fue un ejemplo de oración todo el tiempo, es por eso que tenemos que ser hombres de continua oración, mediante esta alimentamos el Espíritu santo que mora en nuestra vida.

1Testalonicences 5:17-18 el apóstol Pablo nos enseña lo siguiente: Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esa es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.



La oración es de vital importancia en la relación con nuestro creador, todos los grandes hombres de Fe fueron hombres de continua oración y comunicación con Dios, en todo momento ellos dependieron del Señor, en todo momento ellos mantuvieron esa "comunicación" para llenarse de ánimos y fuerza , para vencer el miedo ante una circunstancia determinada, y así poder tener una completa confianza en la voluntad de Dios, veamos algunos ejemplos: en 2 crónicas 6.19–42 Cuando Salomón guió a su pueblo en oración, pidió a Dios que escuchara las oraciones de su pueblo. Estas se referían a diversas situaciones: (1) crimen (6.22, 23), (2) ataques enemigos (6.24, 25), (3) sequía (6.26, 27), (4) hambruna (6.28–31), (5) la afluencia de extranjeros (6.32, 33), (6) guerra (6.34, 35), (7) pecado (6.36–39).


Dios se interesa por cualquier cosa que nos toque enfrentar, aun las circunstancias difíciles que nosotros mismos provocamos. Quiere que nos volvamos a Él en oración. Al orar, recuerde que Dios lo escucha. No permita que lo extremo de su situación le haga dudar acerca del interés de Dios por usted.

A veces nos parece dificil cumplir lo que Dios quiere de nosotros, la palabra nos habla también sobre eso en: Deuteronomio 30.11–14 Dios nos ha llamado para que obedezcamos sus mandamientos, mientras nos recuerda que sus leyes no están escondidas para nosotros ni fuera de nuestro alcance. ¿Ha dicho usted alguna vez que obedecería a Dios si sólo supiera lo que Él quiere? ¿Se ha quejado alguna vez de que la obediencia es demasiado difícil para un simple humano? Estas son excusas inaceptables.

Las leyes de Dios están escritas en la Biblia y son claramente evidentes en el mundo que nos rodea. Es razonable, sensato y benéfico obedecerlas. La parte más difícil cuando obedecemos las leyes de Dios es simplemente decidir empezar ahora. Pablo se refiere a este pasaje en Romanos 10.5–8.


Padre...Liberame!!!

Padre! Liberame del Temor, de la incerteza, de la inquietud que produce éste Mundanal Ruido!, Haz que mi mente se active en Tú pensamiento a diario, que pueda sanar mi ánimo, enrumbando mi ser a Tu frecuencia, y dejando fluir Tu Amor; pueda unirme al bienestar y alegría que otorga Tú pensamiento. Sólo así podré orientarme hacia la Luz y vencer el miedo!. La ineficacia del dolor no podrá obstruir el Templo; edificado en mí para recibirte en alabanzas!!!

Sólo Dios puede dar la Fe


Sólo Dios puede dar la Fe, pero tú puedes dar tu testimonio.
Sólo Dios puede dar la esperanza, pero tú puedes dar confianza a tus hermanos.
Sólo Dios puede dar amor, pero tú puedes enseñar a amar a los demás.
Sólo Dios puede dar la paz, pero tú puedes suscitar la concordia.
Sólo Dios puede dar la fuerza, pero tú puedes sostener al desfallecido.
Solo Dios es el camino, pero tú puedes mostrarlo a los demás.
Sólo Dios es la luz, pero tú puedes hacerla brillar a los ojos de todos.
Sólo Dios es la vida, pero tú puedes devolver a otros el deseo de vivir.
Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible, pero tú puedes hacer lo que es posible.
Sólo Dios se basta a sí mismo, pero prefiere contar contigo.


El Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.



Leer letras bonitas

¡La batalla con mi pasado ha empezado! Ahora es tiempo de limpiar todos esos daños que lastiman mi presente; es tiempo de luchar por la Paz que deseo para mi alma, para poder brindar lo mejor de mí a las personas que me rodean, pues mis sueños son grandes, tanto como la vida que deseo tener, libre de dolores y fracasos...

Luchar es la única forma de salir adelante, y lo conseguiré ¡A pesar de mis temores!

La vida es dura, pero estoy seguro que lo puedo hacer mejor... porque yo creo en mí, en mis virtudes y nada ni nadie puede detenerme, lucharé por hacer realidad todos mis sueños y no descansaré hasta conseguirlos...

Tengo la firme esperanza de cumplir exitosamente todas mis metas, y la fe que llevo conmigo es mi mejor arma para lograrlo.

Estoy consciente que la lucha no será fácil, que quizá tenga que llorar lágrimas de dolor para borrar los daños de mi pasado y restaurar mi presente, pero se que esas lágrimas sanarán al fin mi alma.

Ahora es tiempo de ponerme de pie y gritarle a este mundo que yo el ÉXITO!...


LO QUE SOY DESPUÉS DE TODO

¿Qué soy, después de todo, más que un
niño complacido con el sonido
de mi propio nombre? Lo repito una y otra
vez,
Me aparto para oírlo -y jamás me canso de
escucharlo.
También para ti tu nombre:
¿Pensaste que en tu nombre no había otra
cosa que más de dos o tres inflexiones?

WALT WHITMAN

EL TEMOR
Una disyuntiva entre supervivencia y patología

César, montado en su caballo, sentía que ya no era aquel perspicaz y gallardo guerrero, pues no sólo le pesaba y lamentaba la falta de su padre, sino también sentía como si las fuerzas lo abandonaran, al igual que a Sansón cuando le cortaron el pelo. Sin embargo, su caso era diferente, pues la espiroqueta Treponema Pallidum (mejor conocida como sífilis) se había alojado en su cuerpo y ahora corría por sus venas.

A pesar de esto, recordó que antes de todo era un Borgia, y aunque no estuviera su padre Alejandro VI, el Papa, para darle su apoyo, sabía que tenía que cumplir su palabra al jurar servicio y lealtad a su yerno, el rey Jorge III de Navarra. De esta forma, volteó a ver a su pequeño ejército, que sitiaba el pueblo de Viana, al Norte de España, para atacar. Sin embargo, éste no respondió, y él supo que había sido traicionado. Empuñó su espada y gritando a sus huestes:

“traidores… cobardes”, arremetió solo contra sus enemigos.

Su armadura, y la máscara negra que cubría su rostro, para que impidieran ver las deformaciones provocadas por la sífilis, lo hacían verse como un jinete del Apocalipsis, que cabalgaba entre los mortales. Y es cierto: una de las palabras que no existía en la mente de César Borgia era el “miedo”. Murió en 1507, a los 31 años, después de haber sitiado esta ciudad.

VALENTÍA Y DISIMULO DEL MIEDO

En la línea de tiempo de la historia hemos escuchado un sinnúmero de relatos, novelados, similares al anterior. Personajes como Aquiles, Rodrigo Díaz de Vivar “El Cid”, Alejandro Magno, Cayo Julio César, entre otros, parecen mantener una característica única, que es su valentía y disimulo del miedo, o incluso darse el lujo de no experimentar este último. Esta bravura e intrepidez ha logrado grabar su momento en la historia de la humanidad, y ha trascendido de generación en generación.

Sin embargo, la línea del tiempo evolutiva tiene algo que comentar al respecto, ya que, para diversos investigadores, el miedo es una de las respuestas más antiguas en las especies, y es sinónimo de supervi-vencia darviniana, remembrando a Darwin.

Esta emoción, cuando se le mantiene bajo control y sin dejarla que se convierta en una fobia -que sería la intensificación desproporcionada del miedo-, resulta un mecanismo muy útil para cualquier organismo, a fin de detectar un riesgo potencial y optar, usando la inteligencia, por la estrategia de caminos alternos ante la situación que se presenta, con el fin de salir airosos.

EL MIEDO, UN DISPARO NEURONAL

Como es naturalmente conocido por nosotros, y tomando lo descrito en la web de How Stuff Works, el miedo se representa como un disparo neuronal, dado ante una situación o estímulo específico. Nuestro corazón comienza a latir más fuerte; los músculos se tensan, la respiración se agita y los pulmones permiten la entrada de más aire de lo normal; las pupilas se dilatan, agudizando nuestra vista. Ante todo esto, tenemos la conocida frase en inglés de fight or flight; es decir, “pelea o vuela”, haciendo referencia a enfrentar la situación o huir de la misma con el firme objetivo de preservar nuestra vida.

Para el neurocientífico e investigador pionero en el tema del miedo, Joseph E. LeDoux, existen dos tipos de ciclos en éste; en donde a la amígdala puede llamársele “la polea” de acción dentro de esta emoción. Existen dos caminos para crear el miedo: el primero es llamado “el camino corto” y el segundo “el camino largo”.
El camino corto, según el profesor en Medicina, Marc Siegel, de la Universi-dad de Nueva York, y tomando la descripción de LeDoux, implica el “no tomar riesgos”, y tiene una respuesta de 12 milisegundos desde que se recibe la primera información en el tálamo, se procesa en la corteza cerebral, y se envía la señal a la amígdala para tener una reacción determinada, así como se recuerda
gracias al hipocampo del cerebro.

Por otra parte, el camino largo, según LeDoux, toma alrededor de 30 a 40 milisegundos en el proceso de lo que está sucediendo, y puede ser considerado, de acuerdo al profesor Siegel, como el cerebro pensante. Aquí, antes de tener una reacción totalmente impulsiva, como reflejo incondicionado, nuestra mente razona lo que está sucediendo, para proceder a elegir el camino de acción adecuado.

EL CEREBRO ALERTA LOS SENTIDOS

Es interesante observar que los seres humanos somos tan peculiares, que, a diferencia de otras especies, podemos ponernos ansiosos, aprensivos, y sentir turbación ante situaciones que solamente hayamos leído o escuchado; es decir, sin ni siquiera haber experimentado un evento en particular, el cerebro dispara y despierta nuestros sentidos hacia el miedo, según Siegel, en su artículo -
Can We Cure Fear? de Scientific American Mind.

Así como la reacción ante el miedo puede tener consecuencias positivas, el profesor Siegel nos recuerda que la recurrencia o incidencia de esta emoción tiene una relación directa en el aumento de enfermedades nerviosas, como la depresión, el infarto y problemas generales del corazón.

En una encuesta de 2005, realizada por Gallup, para comprender los miedos de los jóvenes de los Estados Unidos, así como para entender cómo estos miedos se siguen trasladando en la edad adulta, la lista de los primeros 10 se muestra a continuación:

1. Ataques terroristas
2. Arañas
3. Muerte
4. Fracaso
5. Guerra
6. Alturas
7. Crimen / Violencia
8. Sentirse solo
9. El futuro
10. Guerra nuclear


Analizando estos miedos comunes y buscando evitar que una emoción común se convierta en una fobia, se ha experimentado con moléculas que son bloqueadores de las catecolaminas, mismas que están relacionadas con el estrés, y que inhiben el disparo neuronal del miedo.

CONEXIONES CEREBRALES

Otros estudios, mencionados por el profesor Siegel, que se han publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences USA, por el neurólogo Jonathan Kipnis, encontraron que cierta combinación de cocteles, como por ejemplo el conocido Cop-1 (copolímero 1), mismo que estimula la producción de las células T, y busca la supresión de la agitación o “enojo” de las células nerviosas, ayuda directamente a suprimir el temor en las personas, o a limitar el disparo neuronal de éste, para que no se fijen las conexiones cerebrales en este
sentido, durmiendo a la amígdala.

Existen otros estudios, que describe Siegel, donde Larry Cahill, de la Universidad de California, encontró que la administración de propanalol también bloquea las catecolaminas, y es ya conocido cómo este tipo de droga se receta para combatir la ansiedad o el estrés desmesurado.
Sin embargo, el trabajar exclusivamente con medicamentos y la prescripción de diversas drogas tiene resultados demostrados en la supresión de ciertas emociones o en mantener aturdida la amígdala, pero al igual que se trabaja en la no fijación de disparos neuronales del miedo o incluso en aquellos que derivan en fobias, creo que debemos cuidar que la receta de estos medicamentos no cause adicción, pues muchas veces al tratar de curar una ansiedad, depresión, frustración, miedo o incluso una fobia, convertimos al paciente que no controla sus emociones en una persona que requiere un “maná” psicotrópico para “encajar” en sociedad, con una simbiosis directa al consumo de estas “medicinas”.

CADA QUIEN CREA SU PROPIO INFIERNO MENTAL

La diferencia entre una mente creativa y una mente con carencia de “momentos Eureka” radica en que la primera ha logrado eliminar sus demonios y ha visto que cada quien se crea su propio infierno mental, que muchas veces es más cruel que el ilustrado por Dante Alighieri en la Divina Comedia, o que puede remembrarnos la película clásica de Psycho, de Alfred Hitchcock, y también la The Shining, de Stanley Kubrick. El miedo, visto a través de la evolución de las especies, principalmente la humana, recorre una línea muy delgada entre sinónimo de supervivencia humana, en la búsqueda de soluciones alternas inteligentes ante una posible situación de peligro, o por otro lado una patología que impide el desarrollo social, creativo y personal de cualquier ser humano, cuando esta emoción deriva en una fobia. Además, su supresión mediante dosis quími-cas de productos farmacéuticos, recordando a Paracelso, puede ser un veneno más que una solución al problema.

Ríos de la montaña: Liberación del temor

Así como «el temor de Dios es el principio de la sabiduría» (Proverbios 9:10), ¡el temor de Satanás es sin duda el principio de la muerte! Temer a Dios equivale a adorarlo. Tener miedo de Dios y temerle es sin duda alguna rendirle la veneración que merece. Podría compararse con el respeto que la mayoría demostramos a nuestros padres. (V. Hebreos 12:9.) De ahí que temer a Satanás, temer al Diablo, es darle ni más ni menos la adoración que él desea. ¡En esencia significa rendirle culto!

El propio Diablo es el ministro de la muerte. El siguiente versículo lo da a entender claramente: «Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él (Jesús) también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al Diablo». Sin embargo, Jesús es perfectamente capaz de «librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre» (Hebreos 2:14,15).

Por eso hay que reprender o rechazar ese temor de la misma manera que Cristo increpó al Diablo cuando éste intentó convencerlo para que lo adorara en el monte de la tentación. Jesús dijo: «Vete de Mí, Satanás, porque esrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás.» (S. Lucas 4:8) El significado implícito de la versión original es: «Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo temerás». Es decir que al único a quien se debe temer ¡es a Dios! «Esto --dijo Salomón-- es el todo del hombre: temer a Dios --sólo a Dios-- y guardar Sus mandamientos.» (V. Eclesiastés 12:13.) Cuando pecamos o hacemos algo malo debemos temer a Dios. En cambio, ¡al Diablo jamás hay que tenerle miedo! «Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo temerás.» (V. S. Mateo 4:10.) Refiriéndose a temores de otra índole, la Palabra de Dios afirma que «el temor lleva en sí castigo» (1 S. Juan 4:18).

Así pues, se nos aconseja: «No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer; ¡temed más bien a Aquel (Dios) que puede echar el alma y el cuerpo en el Infierno!» (V. S. Lucas 12:4,5; S. Mateo 10:28.) No hemos de temer a Satanás, que únicamente tiene poder para hacer morir el cuerpo; hemos de temer a Aquel, Dios, que tiene poder para hacer morir el alma.

De modo que el temor del Diablo no procede de Dios. «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, ¡sino de poder, de amor y de dominio propio!» (2Timoteo 1:7)
La Escritura dice también: «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera» (Isaías 26:3)
.

El miedo es todo lo contrario de la fe. El miedo al Diablo, el miedo a la muerte, el miedo al ángel de la muerte, todo ello es diametralmente opuesto a la fe. Cuando uno alberga esos temores y vive siempre con miedo, termina destrozado. Es perjudicial y desastroso. Esa angustia lo agota a uno, lo consume, le provoca depresión nerviosa, le hace perder el juicio y hasta acaba por matarlo si uno se deja atormentar por ella.

Aunque parezca mentira, ese tipo de temor, ese espíritu de temor, es sumamente contagioso, ¡igual que una enfermedad! La gente que vive con uno, las personas con las que uno se relaciona, se exponen a verse aquejadas por ese mismo temor tan horrible. Es tan fácil contraer un mal espiritual como una enfermedad física. De hecho, aún más. Cuando uno no está vacunado con el Espíritu de Dios, el peligro y la probabilidad son todavía mayores, pues uno carece de defensas. Ahora bien, en el caso de las dolencias físicas uno puede volverse inmune a algunas de ellas, o bien porque ya las ha tenido, o porque le han inoculado una pequeña dosis del virus y el cuerpo ha creado defensas para no contagiarse otra vez del mismo mal.

Ese mismo principio se aplica en el plano espiritual: todos somos pecadores. Alguna vez todos hemos tenido un amago de esa enfermedad espiritual que es el temor, temor a Satanás, temor a la muerte, nada más y nada menos que un miedo cerval al mismo Diablo, al ángel de la muerte. Todos hemos sentido en algún momento miedo del Diablo. Pero a los temores hay que hacerles frente. De nada sirve seguir andándose con rodeos; de nada sirve negar que existen.

¡El único remedio es recurrir a Jesús, invocar el Espíritu de Dios! ¡Clama al Señor y pídele que te libre! Que te vacune con una buena dosis del Espíritu de Dios para reforzar tus defensas espirituales contra el temor del que venimos hablando y evitar que lo contraigas otra vez. «Busqué al Señor, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores» (Salmo 34:4).


El temor afligía tremendamente a una chica por la que oré en cierta ocasión. Se llamaba Helen Jones. El Señor la libró de manera extraordinaria. Llevaba ocho años en cama y se había enflaquecido tanto que tenía la piel pegada a los huesos. Estaba esquelética. Ya no podía comer, y estaba tan grave que casi ni podía beber agua.
Dios nos hizo ver que lo que la tenía en ese estado era el temor. Los médicos no habían acertado a hacer un diagnóstico de su enfermedad. La examinaron, probaron de todo, le hicieron cantidad de análisis, y por último dijeron: «No hemos detectado ninguna anomalía fisiológica. ¡No sabemos qué le pasa!» Pues bien, Dios es el mejor especialista. Es el gran Médico, capaz de sanar todas nuestras dolencias y de perdonar todos nuestros pecados. (V. Salmo 103:3.)

Justo antes de ir a orar por ella, el Señor nos recordó un versículo muy oportuno del segundo capítulo de la Epístola a los Hebreos: «Los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre». Cuando me disponía a orar por ella, el Espíritu Santo de Dios descendió súbitamente sobre mí y me ungió con tanto poder que le impuse las manos en la cabeza, increpé al Diablo y reprendí directamente a aquel demonio de temor. ¡Lo rechacé, lo expulsé en el nombre de Jesús y le mandé que se apartara de Helen y de aquella casa! Gracias a nuestra fe en la Palabra de Dios y al poder con que nos ungió el Espíritu Santo cuando oramos, ¡al instante la muchacha se libró de aquella opresión!

¡Aquel día se levantó y caminó por primera vez en años! Llevaba tanto tiempo en cama que se le habían deformado los pies. Parecían más manos que pies. Luego de soportar durante años el peso de las mantas, ya no la sostenían.

¡Pero gracias a Dios aquel día el Ángel de la Vida, Jesucristo, el propio Hijo de Dios, entró en el cuarto, reprendió al Diablo y la libró de aquel espantoso espíritu de temor, que la había tenido esclavizada aprovechándose del miedo a la muerte que ella abrigaba!

Se curó en el acto. La siguiente vez que la vimos, varias semanas más tarde, estaba repuesta. ¡Había engordado 18 kilos y se la veía muy bonita, muy atractiva! Nos recibió en su casa y nos atendió espléndidamente. Se encontraba muy bien de salud, se había recuperado del todo y comía con buen apetito. ¡Ya tenía novio, había vuelto a la normalidad y estaba en excelentes condiciones!

En Hebreos 2:13 dice: «Yo confiaré en Él». ¿En quién? ¡En Dios! Eso mismo hay que decirle al Diablo: «¡Largo de aquí, Demonio! ¡Vete de mí, Satanás! ¡Yo confío en Dios, en Jesús!» Luego el versículo 14 señala que Jesús puede destruir por medio de la muerte al que tiene el imperio de ésta, o sea, al Diablo. Ahora bien, ¿quién es el ángel de la muerte? Aquí mismo dice que es el Demonio. Entonces, si uno teme al ángel de la muerte quiere decir que teme al Demonio, y eso es horrible. No debemos dejarnos intimidar por el Diablo; sino depositar nuestra fe en Dios y temer a Dios, no a Satanás. Más adelante, el versículo 15 contiene una promesa: «Librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre». Así que Dios es poderoso para librar a los que por el temor de la muerte estuvimos toda la vida sujetos a esa servidumbre.


La Palabra de Dios dice: «Resistid al Diablo, y huirá de vosotros» (Santiago 4:7). Tenemos poder sobre el Diablo. Podemos exigirle que haga lo que le mandemos. Los demonios y los espíritus malignos están sujetos a nosotros; no tienen libre albedrío. No pueden hacer lo que les plazca. (V. S. Lucas 10:17,20.) Tienen que hacer lo que les mandamos en el nombre de Jesús,
¡tienen que largarse!

¡Alabado sea el Señor!

Si amas a Dios y sabes que Él te ama, puedes estar seguro de que te cuidará y de que no te va a pasar nada malo. ¿Por qué has de tener miedo entonces? ¡No hay nada que temer! Su perfecto amor echa fuera todos esos temores (1 S. Juan 4:18).

Jesús puede llevarse tus angustias e inquietudes. Pídele que te libre ahora mismo de todos los temores del Diablo, sean cuales sean, en el nombre de Jesús. Amén.

Jesús, te ruego que entres en mi corazón. Te acepto como Señor y Salvador. Perdóname todos mis pecados y dame Tu regalo, la vida eterna. Lléname de Tu Espíritu Santo. Así tendréfuerzas para comunicar Tu Amor a los demás y resistir espiritualmente todo miedo que me asalte en la vida. Te suplico que me libres de los temores del Diablo. Amén.

Por el padre David


I. CÓMO SUPERAR LAS TEMPESTADES QUE SE LEVANTAN A NUESTRO ALREDEDOR (Marcos 4.35–41)


El primer milagro comienza en Marcos 4.35: Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen? (versos 35–41).


II. CÓMO SUPERAR LA MALDAD QUE HAY DENTRO DE NOSOTROS Marcos 5:1-3


El segundo suceso nos enseña aún más acerca de los fracasos debidos al temor. Así dicen los versículos Marcos 5:1
Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos. Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras. Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.

Porque le decía: Sal de este hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. Y le rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región. Estaba allí cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo. Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.

Perdónate a tí y a las personas que te han herido

"El perdón, ciertamente, no surge en lapersona de manera espontánea y natural. Perdonar sinceramente en ocasiones puede resultar heroico. Quienes que se han quedado sin nada por haber sido despojados de sus propiedades, los prófugos y cuantos han soportado el ultraje de la violencia, no pueden dejar de sentir la tentación del odio y de la venganza. La experiencia liberadora del perdón, aunque llena de dificultades, puede ser vivida también por un corazón herido, gracias al poder curativo del amor, que tiene su primer origen en Dios-Amor. La inmensa alegría del perdón, ofrecido y acogido, sana heridas aparentemente incurables, restablece nuevamente las relaciones y tiene sus raíces en el inagotable amor de Dios." (Juan Pablo II, l-l-97)


Y el fruto de su Espíritu es amor:
"El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad"(Gálatas 5: 22).


También debes aprender a expresar el amor correctamente: Amar no es suficiente, es necesario también expresar ese amor hacia los otros en forma adecuada, en libertad: "No amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad" (1 Juan 3:18). Un obstáculo que debes derribar para expresar el amor, es el orgullo y los patrones de conducta practicados desde niño, que te impiden mostrar el amor hacia los otros. Cuando desees expresar el amor a otros, no debes recordar si te han dado amor sino debes pensar que: "Es más bienaventurado dar que recibir" (Hechos 20:35). Porque cuando das en forma incondicional siembras la semilla del amor que dará su fruto a su tiempo. Si amas as tu prójimo debes también amar a tu enemigo, escucha las palabras de Jesús que te hablará por medio de su Santo Espíritu...

Diccionario bíblico: Temor

“Traducción de varias palabras hebreas y griegas que, originalmente, habrían enfatizado las diferentes clases y los variados grados de temor. Sin embargo, la mayoría de ellas son traducciones del: 1. Heb. yârê', "temer" (con el sustantivo derivado yir'âh, "temor"] y el adjetivo derivado [yârê, "temeroso"]). 2. Heb. pâjad, "temblar", "tener miedo de" (con el sustantivo derivado [pajad, "temblor", "miedo"]). 3. Heb. jârad, "asustar [espantar]", ocasionar temblor, estremecimiento [de miedo]"). Hacer que algo o alguien se asuste y huya, o corra hacia cierto sitio (Dt. 28: 26; Jer. 7: 33; Zac. 1: 21).4. Gr. fobéÇ, "temer" (con el sustantivo derivado [fóbos, "temor"]).

El concepto de temor, tal como está expresado en la Biblia, cubre un amplio espectro de emociones. La fuerza de su gama va desde la preocupación profunda (2 Co. 11: 3; 12: 20; 1136 Jud. 23) hasta el terror abyecto (Mt. 14:26). Ocasionalmente, el temor meramente involucra un sentido de respeto por alguien superior a uno (Ro. 13:7; 1 P. 2:18; cf Job 32:6, donde se usa el heb. yârê.), o por sus padres (Lv. 19:3). Algunas veces describe un sentimiento de temor reverente (ls. 6:5; Lc. 5:26; 7:16). Por lo general, el matiz de pensamiento o grado de temor exacto debe determinarse a partir del contexto; pero en la mayoría de los casos el "temor" bíblico se aproxima razonablemente al uso español del término.

A veces la palabra involucra el temor reverencial que el hombre debería sentir por la majestad, el poder y la posición exaltada de su divino Hacedor. En este sentido, el término incluiría algunos de los diversos grados de respuesta emocional comprendidas en las palabras españolas "reverencia", "respeto", "temor reverencial" y "temor"; incluso ocasionalmente puede significar la reacción más extrema del temor reverencial mezclado con el terror que un hombre mortal naturalmente sentiría cuando está en la inmediata presencia de Dios (He. 12:21; Jue. 6:22, 23) o de los ángeles (Lc. 1:12, 13). Esta clase de temor, por supuesto, no debe ser incluida en la emoción dañina que está desacreditada en 1 Jn. 4:18, sino antes bien la recomendada en las Escrituras (Ap. 14:7; Job 28:28; Sal. 2:11; 111:10; etc.). Véase Espantar.


Referencias:

http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico-gratis/4361/definicion-de-temor/
http://www.unicoamor.com/relatos_hablados/acerca_del_miedo_el_amor_y_lo_impos.html
http://iglesiaelresplandor.com.ar/mensajes/?p=50
http://servicios.elcorreodigital.com/auladecultura/pilar_jerico2.html
http://www.pediatraldia.cl/junio2005/miedo_se_aprende.htm
http://psicovivir.blogspot.com/2008/07/el-miedo.html
http://www.fluvium.org/textos/lectura/lectura754.htm
http://www.labibliaweb.com/articulo/103/485
http://www.oracionesmilagrosas.com/index.php?category=3&current=42
http://www.iglesiadelideres.com/oracion.htm
http://es.geocities.com/beatriz_luna/whitman.htm
Maestro Rodrigo Soto ,Mercadotecnia de las Ideas, rodrigo.soto@cocytenl.org
Rodrigo Soto
Estudió su Maestría en Mercadotecnia en el Tecnológico de Monterrey, institución en la que participó con investigaciones mediante el Convenio de Investigación y Extensión.
Referencias:
Siegel, Marc, Can We Cure Fear?, Scientific American Mind, Volumen
16, Número 4, Diciembre de 2005.
www.howstuffworks.com, www.wikipedia.org
http://www.lafamilia.org/lectura/rios/index2.php3?refid=16
http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/perdona.html

Sep 13, 2008

La Búsqueda de la Felicidad

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La felicidad es una emoción resultado de una actividad neural fluida en la que los factores internos y externos interactúan estimulando el sistema límbico. La estimulación del ego por parte de este sistema, nos dará un enfoque de los resultados más óptimos, ayudando a la integración de la información adecuada. Ello fomentará respuestas nutridas desde el inconsciente, que nuestro consciente adaptará a los límites del medio. De esta forma se propicia o aplaza ese estado anímico. Si no se logra integrar la información de forma óptima, el resultado será una polarización a la espera de ser integrada en una solución que cancele la carga.

Génesis 43:34
Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se alegraron con él.



Análisis

Es un estado subjetivo que sin embargo puede objetivarse para su análisis. Los siguientes son ejemplos de disciplinas con aproximaciones objetivas:
Psicología positiva: Intenta determinar los factores endógenos que el individuo puede manejar para alcanzar ese determinado estado de ánimo.

Daniel 11:1
Y yo mismo, en el año primero de Darío el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo.

La Sociología: Se ocupa de analizar qué factores sociales determinan los objetivos que el sujeto se marca como meta para alcanzar estados de felicidad.
La Antropología: Muestra cómo distintas culturas han establecido cánones distintos al respecto.

Interacciones
El subconsciente alimenta este estado de ánimo. Admitir los límites de la personalidad nos facilitará la capacidad de no derrochar recursos en aquello que es incontrolable. Tratar de condicionar el entorno a nuestro deseo solo impedirá que consigamos atisbar lo que es el flujo que nos lleva al estado de ánimo feliz. Este estado no se encuentra fuera de nosotros, ni siquiera en nosotros, se encuentra en nuestra naturaleza interior. No depende exclusivamente del entorno, sino que es la aceptación de que existen fuerzas más poderosas que nuestra voluntad, modificando nuestra actitud hacia la vida; siendo el pesimismo una actitud que dificulta la consecución de dicho estado anímico y el optimismo una actitud favorecedora, pero ninguna de las dos son determinantes.

La felicidad es una inversión de recursos, los cuales consumiremos para mantenernos, teniendo que repetir el ciclo tantas veces como sea necesario.

La capacidad de dar soluciones a los diferentes aspectos del vivir cotidiano, hace del individuo más o menos feliz. Esto se pone de relieve cuando entendemos lo que es la frustración, causa principal de la pérdida de la felicidad.

Éxodo 35:21
Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras.


Cabe decir que, tal sensación de autorrealización y plenitud, confiere a las personas felices una mayor serenidad y estabilidad en sus pensamientos, emociones y actos; fruto del equilibrio y la compensación de las cargas emocionales y las racionales. Algunas emociones asociados a la felicidad son la alegría y la euforia.

Salmos 38:9
Señor, delante de ti están todos mis deseos, Y mi suspiro no te es oculto.


Las decisiones conscientes
A pesar que nuestro consciente no puede imbuirnos ese estado de felicidad, sí que puede trabajar para fomentar los factores que contribuirán a que las interacciones internas tiendan a estimular al sistema límbico, para que este pueda llegar a informar a nuestro consciente de ese estado anhelado de felicidad.

Proverbios 24:25
Mas los que lo reprendieren tendrán felicidad, Y sobre ellos vendrá gran bendición.

La lucha interna
La Amígdala cerebral y el hipotálamo son regiones que cooperan para la transición de las emociones. El neocortex racionaliza los recursos de los que disponemos. Son dos áreas incompatibles con miles de años de evolución entre ambos, que usan la conciencia como medio de comunicación para poner solución a las demandas bilaterales. Es como si dos personas se pusieran de acuerdo para solucionar sus problemas personales en un centro de arbitraje: eso es la conciencia, el lugar donde las emociones y la racionalidad se hacen compatibles. Por lo tanto, se hace evidente que, para que nuestro sistema límbico informe ese estado predilecto de felicidad, es indispensable que tengamos una conciencia capaz de acallar a las dos partes en disputa. Si solo acallamos a una, la voz de la otra no nos dejará tranquilos, y en consecuencia nuestro sistema límbico nos informará de una aproximación de lo que es la felicidad:


La estimulación por catecolaminas. El resultado es cualquiera de los estados asociados a este neurotransmisor y que va a depender de la interpretación que le de nuestro administrador de recursos (conciencia).

La diferencia entre el flujo y polarización. Dentro de los estados de conciencia asociados al flujo de la felicidad, los sistemas internos funcionan como si de una 'orquesta filarmónica' se tratase, en ocasiones la sinfonía requiere de un 'solo', que es cuando destaca ante nuestro consciente una polarización concreta (o neurotransmisor predominante). Si nuestro consciente se cree que el 'solo' es el objetivo final de su existencia, o desconoce como 'invocar' a los otros 'instrumentos' para que entren a 'tempo', nuestro organismo al completo sufrirá las consecuencias entrando en otras polarizaciones resultantes de la carencia de una 'sifonía' completa. Dado que nuestro cerebro normaliza la realidad por instinto de supervivencia, la realidad para su centro administrador de recursos será lo que entiende que le ha dado mejor resultado en un pasado y esto depende de nuestra memoria y lo capaz que sea de desentrañar los detalles.
El hecho es que es muy fácil que insistamos en la 'invocación' del 'instrumento' en base al recuerdo sostenido.


La experiencia
Atravesar momentos agradables como desagradables nos ayudan a comprender y enfocar que es eso del 'estado de flujo'. El que es capaz de tocar Jazz, es capaz de focalizar emociones y sentimientos resultantes de sus experiencias pasadas y transmitirlos con notas musicales. Por eso la memoria a este respecto juega un papel crucial.

Génesis 3:22
Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.


La memoria
Si la memoria nutriese de forma eficaz nuestro centro administrador de recursos, los recuerdos fluirían sin obstáculos ante situaciones paralelas, ayudando a que la 'orquesta al completo entre a tempo'. La degradación neuronal impide que eso suceda de forma sostenida en el tiempo, por lo que si se desea sostener el flujo asociado a la felicidad hasta nuestra muerte, se necesitaría ayuda, algo o alguien que nos estimulara la motivación para recordarnos en todo momento que 'instrumento toca dentro del concierto que se nos está demandando'.

Desórdenes patológicos
Bien sea por falta de memoria o por falta de experiencia, el hecho de que la 'orquesta entre a destempo' (suele suceder cuando hemos terminado de pasar un tiempo de duelo y nuestro centro administrador de recursos continua invocando un instrumento, que ya por naturaleza no va a sonar por sí solo) en su 'serenata' solo producirá los efectos asociados a una oposición al sentido y dirección que indica nuestro entorno, 'desafianado' en grado extremo y provocando la desorientación de cada sistema metabólico cerebral, que de sostenerse en el tiempo, alteran:

Ritmos biológicos de descanso.
Rítmos metabólicos cerebrales.
Centro inmunológico.
Centro endocrino.

A consecuencia de todo esto, el sistema nervioso se va viendo afectado por el caos formado, comenzando a informar 'realidades' razonables únicamente por el enfermo, a consecuencia de:

Ansiedades.
Ataques de pánico.
Obsesiones compulsivas.
Fobias.
Manias depresivas.
Un largo etc...

Todo ello derivado del desorden cerebral patológico producido por la lesión que ha dejado en el cerebro el despojo de su estado de flujo y la insistencia del centro administrador de recursos en que continué 'sonando' un 'instrumento', sin razón de ser, por falta de información. A este respecto ayudan los psicofármacos aportando lo que por naturaleza un cerebro sano debiera administrar y que por su lesión es incapaz de aportar.


4 Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence. 15 Más no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a hermano.
16 Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
17 La salutación es de mi propia mano, de Pablo, que es el signo en toda carta mía; así escribo. 18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. 2 Tesalonicenses Capitulo 3



Salmos 40:12
Porque me han rodeado males sin número; Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.


Mateo 8:16
Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;


Pirámide de Necesidades de Maslow.

Fisiología:
Los niveles más básicos de sostenibilidad nos lo aporta la naturaleza. No obstante, restringir nuestro centro de atención y conciencia a como lograr mantener nuestro estado homeostático, ocupa recursos metabólicos que impiden al cerebro sentirse seguro y confiado.

Seguridad:
Esta sensación se produce cuando nuestro cerebro ha logrado registrar la pauta por la cual poder asegurar su fisiología. Se refuerzan los enlaces neuronales y metabólicos adecuados, permitiendo dejar esas tareas que funcionen desde nuestro inconsciente. En ese estado de seguridad, nuestra mente ahora puede centrarse en la búsqueda de cooperación y establecer lazos sociales. En resumen, de subir al nivel de Afiliación.

Afiliación:
La afiliación es la base de la economía. Con la amistad nace el compromiso, con el compromiso nace el trabajo cooperado y confiado, con el trabajo surge material sobrante, con ese material se puede comerciar. El hecho de que se aprecie nuestro trabajo, produce la sensación de reconocimiento.

Reconocimiento:
Esta sensación se basa en la seguridad de que los demás te necesitan y formas parte de una cadena en la que sin ti, sería costoso reponer nuestra ausencia. Esto permite marcar la pauta de creatividad al cerebro, la pauta por la cual uno puede aportar beneficio y sentirse digno en la sociedad en la que habita. Esto debería ser suficiente motivación como para poder sostener la Autorrealización.

Autorrealización:
También llamada felicidad, se sostiene por la motivación que produce nuestro trabajo constante y continuado. Gracias a las capacidades de nuestro cerebro de crear, de adaptarse y resolver problemas.


Ezequiel 34:11
Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré.


La tecnología
La ciencia y la tecnología son una ayuda valiosísima que nos permite sostener ese estado de flujo por más tiempo del que la propia naturaleza nos hubiese permitido. Pero no debemos olvidar que, tarde o temprano perderemos irremediablemente el paso y comenzaremos a 'desafinar'.

La personalidad
Hay quienes piensan que la felicidad depende de uno mismo, de lo 'fuerte' que uno sea, de lo valiente, espabilado, sagaz, capaz... en definitiva, de cualidades que son dependientes de otros factores que nada tienen que ver con el estado de flujo asociado a la felicidad, y que por efecto de esta, experimentamos las otras. La personalidad es la región de nuestra mente que administra los recursos, marca prioridades y establece objetivos; pero no es capaz de imbuirnos estados anímicos, estos son el resultado de la suma de procesos neuroquímicos en los que nuestra persona poco o nada tiene que ver. Podremos favorecer o dificultar que sucedan, pero no impedirlos.

Pensamientos del estilo que, nada o nadie podrá impedir que sea feliz, es relativamente cierto o falso, dependiendo de lo capaces que seamos de tratar con las polarizaciones que nos motivan. Todo lo que sucede es para nuestro beneficio, no obstante, si lo que sucede se opone a lo que consideramos bueno (y ahí entra nuestra personalidad), es cuando el estado preferente se distorsiona y comenzamos a perder el flujo. No podemos actuar como jueces en una naturaleza que no entiende de justicia moral. El idioma de la naturaleza establece un equilibrio termodinámico. Nuestro cerebro sí entiende de termodinámica, pero nuestra consciencia no siempre está educada para comprender la dinámica de esta naturaleza.

Las cosas son como son, tal como suceden, a pesar de que se opongan a nuestros objetivos. Si estamos pasando hambre y nos dicen que debemos levantar dos toneladas de peso al golde de tres... podremos hacer dos cosas, resignarnos y acabar muriendo de hambre (polarización 1) o tratar de hacer razonar a quien nos puede ayudar (polarización 2). Si no somos conscientes de ese estado de flujo, y de como conservarlo, acabaremos perdiéndolo y no podremos hacer gran cosa por recuperarlo.

La lucha externa
Hemos de sobrevivir en un mundo competitivo, el cual premia a los que no cometen errores. Los errores se pagan con la extinción del individuo o de la especie. Si una llama de fuego encendida en una vela, cometiese el más mínimo error a la hora de consumir sus recursos, ella misma se extinguiría, y la posibilidad de encender otras velas desaparecería. La complejidad de un ser vivo es mucho mayor, pues al consumo de energía se le suma la dificultad de ser homeostáticos. Por lo que si no somos capaces de transferir adecuadamente la carga, si no somos capaces de 'quemar de forma efectiva la chispa que nos mantiene vivos', el 'fuego' quemará estructuras vitales y acabaremos consumiéndonos nosotros mismos.

Psicología como ayuda

Como ciencia, se dedica a recoger hechos sobre la conducta y la experiencia, y a organizarlos sistemáticamente, elaborando teorías para su comprensión. Estas teorías ayudan a conocer y explicar el comportamiento de los seres humanos y en alguna ocasión incluso pueden ayudar a las personas a integrar la información percibida fomentando la tendencia a encontrar o incluso a sostener el estado de flujo asociado a la felicidad.


Paradigma Espiritual
La espiritualidad es la función proyectada en el tiempo de la personalidad, que le dota de una orientación, un futuro y un sentido, por la cual poder establecer prioridades y administrar los recursos energéticos tanto internos como externos, llegando a la conclusión de que la vida sí tiene sentido. En el caso del hombre puede basarse en una esperanza, o en una necesidad común al resto de la fauna.
Esta orientación fortalece la tendencia a conservar el flujo asociado a la felicidad.


Paradigma Positivista
Martin Seligman, uno de los fundadores de la psicología positiva, menciona en su libro felicidad auténtica que la felicidad es como un conjunto de:

Emociones positivas: Tales como éxtasis y la comodidad.
Actividades positivas: Tales como la concentración y el cumplimiento de nuestras tareas.
Este autor, presenta tres categorías de emociones positivas relacionadas con el pasado, presente y futuro.
Las emociones positivas referentes al pasado incluyen la satisfacción, la alegría, el orgullo y la serenidad.
Las emociones positivas referentes al futuro incluyen optimismo, esperanza y confianza.
Las emociones positivas sobre el presente se dividen en dos categorías que sean perceptiblemente diferentes:
Los placeres: los corporales y más altos son “placeres del momento” e implican generalmente un cierto estímulo externo.
Satisfacciones: Las satisfacciones implican la consecución del objetivo por el cual hemos trabajado, el flujo, la eliminación de la timidez, y el saber administrar las emociones negativas para beneficio del objetivo (defensa). Pero cuando una satisfacción viene a las emociones positivas de un final entonces nos sentiremos protegidos.

Las satisfacciones pueden ser obtenidas o ser aumentadas desarrollando fuerzas y virtudes del carácter. La autenticidad es la derivación de la satisfacción y de las emociones positivas de administrar las fuerzas de las que la personalidad dispone.
La buena vida se nutre de la correcta administración de las fuerzas de que dispone la personalidad para obtener el equilibrio interior, por ejemplo, sintiendo que la labor de uno en el trabajo aporta algo positivo y que gracias a ese esfuerzo el colectivo se beneficia a cierto grado. Si además tenemos actividades creativas, estaremos aportando factores favorables para que la felicidad se convierta en un estado profundo de nuestra manera de vivir. El sentido más profundo de la felicidad es experimentado con la “vida significativa”, alcanzada si uno ejercita sus fuerzas y virtudes de los uniques en un propósito mayor que lo suyo metas inmediatas. Otra pregunta interesante es si la tendencia a la felicidad de las experiencias está basada en dispositional afecta o eso es un resultado de las circunstancias de la vida.

El efecto linterna
Una linterna, correctamente usada, alumbra sin que su estructura externa se vea gravemente comprometida. En ciertas regiones acumulará calor y, de no usarse con moderación, es posible que la potencia de la bombilla acabe dañando ciertas partes. El uso natural de la linterna provocará su envejecimiento y rotura. Ahora, si usamos de mala manera la linterna, y en lugar de usarla de la forma más efectiva, nos conformamos con colocarla en lo alto de un palo y usarla de antorcha prendiéndola fuego, creeremos que estamos obteniendo el mismo objetivo, pero es evidente que no es así.

Con las personas sucede algo parecido. Disponemos en nuestro cerebro de diferentes redes neuronales, que integran diferentes formas de transacción neuroquímica, que a su vez capacitan diferentes formas de inteligencia en el hombre.

Podremos tener la sensación de creer que estamos dando soluciones a nuestra vida, pero si no somos capaces de aplicar la inteligencia adecuada al campo de la vida que lo necesita, la sensación de estar vivos no nos acompañará, ya que no obtendremos el resultado esperado y la frustración será lo dominante.

1 Tesalonicenses 3:6
Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros,


En consecuencia a lo anterior, el uso que nos estaremos dando será como el de la linterna en lo alto del palo, y todo porque nuestra conciencia no es capaz de valorar ciertas facultades inherentes de la mente. Quizás porque las experiencias asociadas a la manifestación de dicha inteligencia fueron desagradables, lo consideramos malo y nuestra conciencia huye de esas sensaciones. Lo cierto es que, tras conseguir superar nuestros propios valores morales asociados a nuestra memoria biográfica, la red neural que conforma el ego, puede solicitarle a la conciencia que se pasee por los diferentes registros de nuestras diversas redes inteligentes tal como si fuera una linterna adecuadamente encendida y enfocando en los objetos, nutriendo de datos que nuestra conciencia considera buenos, y no ya para nosotros mismos, pues hemos superado nuestros propios valores morales, sino para el objetivo a conseguir. El ego podrá invocar a la memoria aquello que la conciencia ha ido recopilando como bueno, ensamblando la información e integrando una solución.


La felicidad en las religiones
Para la mayoría de las religiones la felicidad sólo se logra en la unión con Dios, no es posible ser feliz sin esta comunión. Siendo la felicidad considerada como la obtención definitiva de la plenitud y el estado de satisfacción de todo tipo de necesidades es alcanzable sólo en ese grado después de la muerte. Sin embargo, hay diferentes puntos de vista según la religión que examinemos. Para el cristianismo se expresa en la vivencia de las bienaventuranzas y las enseñanzas de la Biblia (especialmente los evangelios) y en el seguimiento y comunión con Cristo resucitado a través del Espíritu Santo. Muy semejante a esto es el camino musulmán. El hinduismo a pesar de tener una revelación divina distinta de la cristiana y musulmana, plantea la felicidad como un estado permanente del alma humana eterna que debe ser descubierto (iluminación) y que lleva a la vivencia natural de la felicidad. No se alcanza por obras sino que las obras son consecuencia y deber de ese estado "descubierto" que lleva al hombre a descubrir la unidad esencial de su alma con el espíritu universal (Dios) y con todas las almas. En conclusión la felicidad en religiones como la cristiana, musulmana o hindú es comunión lograda o descubierta, tarea del ser humano y gracia del Dios Creador.

La excepción entre las grandes religiones organizadas del mundo la constituye el budismo, que aunque es una religión emparentada históricamente con el hinduismo, sin embargo es no-teísta, al no existir ni un creador, ni un alma. El budismo considera que la felicidad duradera se alcanza al erradicar el anhelo ansioso, lo que a su vez se consigue solo al "despertar" de la ilusión del "yo", es decir, el mantenerse consciente y atento a la auténtica naturaleza de la vida y la existencia.

La pregunta es ¿cómo puede relacionarse el despertar de la ilusión del "yo" con las sustancias que segrega el cuerpo humano (ver teoría cuantificada de la felicidad)? es más ¿puede relacionarse este despertar con otras sustancias que el cuerpo humano ingiere? Esto nos lleva al apasionante tema de la utilización espiritual de sustancias sagradas como vía para alcanzar la felicidad.

Salmos 26:6
Lavaré en inocencia mis manos, Y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová,


La felicidad en el pensamiento filosófico
Aristóteles (Aristóteles, en griego clásico Ἀριστοτέλης Aristóteles (Estagira, Macedonia 384 a. C. – Calcis Eubea, Grecia 322 a. C.), es uno de los más grandes filósofos de la antigüedad y acaso de la historia de la filosofía occidental. Fue precursor de la anatomía y la biología y un creador de la taxonomía.) sostiene que todos los hombres están de acuerdo en llamar “felicidad” a la unidad presupuesta de los fines humanos, el bien supremo, el fin último, pero que es difícil definirla y describirla. De ahí se aprecia la divergencia de opiniones respecto a cómo entender la felicidad; placer para algunos; honores, para otros; riqueza, de acuerdo a otros puntos de vista.

No obstante, para Aristóteles, éstos no son más que bienes externos que no son perseguidos por sí mismos, sino por ser medios para alcanzar la felicidad, ya que es ésta la única que se basta a sí misma para ser autárquica y perfecta. Los demás bienes externos se buscan porque pueden acercarnos más a la felicidad, aunque su posesión no implica que seamos íntegramente felices. Puesto que no por poseer riquezas garantizamos nuestra felicidad. Tampoco solamente la consecución del placer nos hace felices. Normalmente necesitamos algo más para serlo y eso nos distingue de los animales. Sin embargo, aunque estos bienes particulares no basten, ayudan, y en esto Aristóteles mantiene una postura moral bastante desmitificada y realista, el bien no puede ser algo ilusorio e inalcanzable. Sin ciertos bienes la felicidad será casi imposible de alcanzar.

Para algunos autores ‘’"New Thought"’’, la felicidad es una actitud mental que el hombre puede asumir conscientemente, es decir es una decisión.
La idea de que la felicidad sea una decisión, la argumentan del hecho que el hombre haya buscado muchas formas de encontrar esa felicidad en muchos aspectos, y aun así, parece esquiva para la mayoría de las personas.
Al descubrir que existen seres felices e infelices en todas las diversas condiciones socio-económicas, geográficas, de edad, religión, sexo, estados mentales (hay personas con problemas mentales que a pesar de ello son realmente felices), estos concluyen que cuando el individuo decide aceptar su condición y su pasado, y asumir la vida tal como es en ese momento y construir su vida a partir de aquellos preceptos, el hombre es realmente feliz.
Tantas religiones tradicionales como pensamientos neoeristas declaran que cada persona tiene una función específica en el universo y que en el momento que la persona lo descubra y viva de acuerdo a ésta, será realmente feliz.
También existen varias corrientes filosóficas modernas, entre ellas la "Nietzscheniana", que afirman que el hombre no es concebido para la felicidad, que está destinado a sufrir.


Teorías
Algunas teorías postulan que la felicidad es un estado permanente así como lo es la angustia, y depende de contestar los tres temas fundamentales del hombre de buena manera, estos son: la relación con uno mismo, la relación con los demás y el tema de la muerte. Por otra parte la alegría y la tristeza son estados momentáneos que no tienen que ver con nuestro estado de felicidad final, es así como uno puede estar triste pero ser muy feliz, como sucede a menudo, o tener mucha angustia pero estar alegre porque nuestro equipo de fútbol ganó o me compré algo en el centro comercial.

Deuteronomio 32:10
Le halló en tierra de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó, Lo guardó como a la niña de su ojo.



Teoría de la Felicidad Cuantiada
Según la Teoría de la Felicidad Cuantiada (T.F.C.), desarrollada por José M. Cárdenas Contreras en 1998, todos los individuos son igual de felices y al final de sus vidas todos habrán vivido una cierta cantidad de felicidad que se contrarrestará con su propia infelicidad vivida obteniéndose como resultado un balance total neutro en cada uno de los seres (balance de felicidad a la hora de nuestra muerte = 0).

Entendemos por felicidad la vivencia de un estado anímico alegre o positivo durante un periodo de tiempo e infelicidad la de un estado triste o negativo durante otro periodo.
Estamos hablando de la discretización de la felicidad (y por tanto también de los estados de ánimo). Al hombre le llegan "paquetes" (dosis o cuantos) de felicidad que se han de neutralizar con otros paquetes de No felicidad (=infelicidad), lo único que cambia en las personas es la forma en que se distribuyen estos cuantos de felicidad a lo largo de sus vidas.


La felicidad también es relativa (lo que para unos es gratificante para otros puede no serlo), el hombre sólo elige formas de vivir.
Según Aristóteles la felicidad No puede ser alcanzada por... Placer (el hombre no se ha de rebajar al nivel de los animales),Riqueza (es el medio pero no el fin), Honor (está mas en quien lo concede que en quien lo recibe).


Supuesto 1:
Si yo intentara No ser feliz, me resultaría imposible y al final sería igual de feliz que aquel que intentara ser más feliz que los demás (y al contrario). También hay que tener presente (según la Voluntad de Poder de Nietzsche) que todo el mundo tiende a evolucionar y a superarse.


2 Crónicas 20:9
Si mal viniere sobre nosotros, o espada de castigo, o pestilencia, o hambre, nos presentaremos delante de esta casa, y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y a causa de nuestras tribulaciones clamaremos a ti, y tú nos oirás y salvarás.


Supuesto 2:
Sería útil pensar en los momentos en los que nos sentimos deprimidos y bajos de ánimo que aunque parezca imposible en ese momento, al cabo de unos días probablemente nos sentiremos llenos de alegría y con ganas de reír, pero también es necesario pensar en momentos de gozo y felicidad que dicho estado no puede durar toda la vida y que en cualquier momento se nos puede venir el mundo encima y caer derrumbados ante una gran desgracia. Ante los momentos malos de la vida simplemente hay que tener dureza interior, capacidad para soportar el dolor y aguantar hasta que pasen.


Nietzsche decía... “Este mundo como voluntad es un continuo sin sentido que choca con las esperanzas de la razón. No hay fundamento, ni sustento, ni esperanza verdadera para la vida humana.”

Esdras 9:8
Y ahora por un breve momento ha habido misericordia de parte de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre, y para darnos un lugar seguro en su santuario, a fin de alumbrar nuestro Dios nuestros ojos y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre.

CONCEPTOS MATEMÁTICOS DE LA T.F.C.:

Descartes pensaba que llegaría el día en que el amor se podría expresar mediante una serie de ecuaciones matemáticas que explicarían las reacciones físico-químicas que producen en nosotros ese estado psíquico (sentimientos materiales). La TFC surge como consecuencia del equilibrio químico al que estamos sometidos. En el cuerpo humano solo hay segregaciones de sustancias.
Partimos de que la Felicidad es la vivencia de un Estado de Ánimo (ya sea positivo en forma de alegría o negativo en forma de tristeza) durante un intervalo de tiempo. A la felicidad negativa la llamamos Infelicidad.

Se tienen que cumplir algunos puntos importantes:

1) Felicidad = Estado anímico * tiempo.
F = E•t
2) Estado anímico es la variación de la felicidad respecto al tiempo y por tanto, la derivada de la felicidad respecto al tiempo será igual al Estado anímico:
= E
3) Felicidad por consiguiente será la integral del Estado anímico y al final de la vida dará como resultado cero:
= 0
4) Se puede definir la variación (derivada) del estado anímico respecto al tiempo como una especie de “aceleración de felicidad".
= a

= a

Si representamos en una gráfica el Estado Anímico frente al tiempo se tiene que cumplir que la suma de las áreas bajo la curva en la zona positiva sea igual a la suma del área sobre la curva en la zona negativa, esto es precisamente porque dichas áreas representan la felicidad que se contrarresta con la propia infelicidad del individuo y por eso al final todo queda cero.

Del mismo modo es posible representar en una gráfica la Felicidad frente al tiempo e incluso esa especie de "aceleración de felicidad" que a veces sentimos.


23 También estos son dichos de los sabios: Hacer acepción de personas en el juicio no es bueno. 24 El que dijere al malo: Justo eres, Los pueblos lo maldecirán, y le detestarán las naciones; 25 Más los que lo reprendieren tendrán felicidad, Y sobre ellos vendrá gran bendición. 26 Besados serán los labios Del que responde palabras rectas.
Proverbios Capitulo 24




Job 29
{Job recuerda su felicidad anterior}1 Volvió Job a reanudar su discurso, y dijo: 2 !Quién me volviese como en los meses pasados, Como en los días en que Dios me guardaba, 3 Cuando hacía resplandecer sobre mi cabeza su lámpara, A cuya luz yo caminaba en la oscuridad;


Mateo 6
30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.


Génesis 18:19
Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.



Fuentes consultadas
http://www.biblegateway.com/
El viaje a la felicidad Las nuevas claves científicas Eduardo Punset. E.D. Destino. Octava Edición: 02/2006 ISBN: 84-233-3777-4. Dep. Legal: B.5.199-2006
Bibliografía de referencia
Finding Flow. The psychology of engagement with every day life. Autor: Csikszentmihaly, Mihaly. Editorial: Basic Books, 1997.
The Foreseeability of real anti-aging: Focusing the debate. Autor: deGrey, Aubrey D.N.J. Editorial: Departament of genetics. Cambridge, 2003.
Jacob's ladder. The History of the human genome. Autor: Gee, Henry. Fourth Estate, 2004.

El fin del envejecimiento. Autor: Kirkwood, Tom. Tusquets Editores, 2000.
Nuestra Hora Final. ¿Será el siglo XXI el último de la humanidad?. Autor: Rees, Martin. Editorial Critica, 2004.
Humanidad: Una historia emocional. Autor: Walton, Stuart. Editorial Taurus 2005.
La hipotesis de la felicidad La búsqueda de verdades modernas en la sabiduría antigua Jonathan haidt. E.D. Gedisa. ISBN 84-9784-152-2.
Ph. D Authentic Happiness Martin E.P. Seligman, Free Press 2002, ISBN 0-7432-2298-9
Las 8 Claves para Ser Feliz. Autor: Sampietro, Albert. Sólo Vía Web. 2007.
Citas [editar]
↑ Finding Flow. The psychology of engagement with every day life. Autor: Csikszentmihaly, Mihaly. Editorial: Basic Books, 1997.
↑ El viaje a la felicidad Las nuevas claves científicas Eduardo Punset. E.D. Destino. Octava Edición: 02/2006 ISBN: 84-233-3777-4.
↑ El viaje a la felicidad Las nuevas claves científicas Eduardo Punset. E.D. Destino. Octava Edición: 02/2006 ISBN: 84-233-3777-4. Dep. Legal: B.5.199-2006
↑ *Finding Flow. The psychology of engagement with every day life. Autor: Csikszentmihaly, Mihaly. Editorial: Basic Books, 1997.
↑ Martin E.P. Seligman, Ph. D Authentic Happiness, Free Press 2002, ISBN 0-7432-2298-9
↑ El viaje a la felicidad Las nuevas claves científicas Eduardo Punset. E.D. Destino. Octava Edición: 02/2006 ISBN: 84-233-3777-4. Dep. Legal: B.5.199-2006
↑ *Martin E.P. Seligman, Ph. D Authentic Happiness, Free Press 2002, ISBN 0-7432-2298-9
↑ Investigación y ciencia. Temas 17. Inteligencia viva
↑ Dr. Joe Dispenza, D.C. Doctor de Medicina Quiropráctica en la universidad de la vida. Bioquimico por la universidad Aker en Oslo - Noruega.


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Perdónate a tí misma y a las personas que te han herido

"El perdón, ciertamente, no surge en el hombre de manera espontánea y natural. Perdonar sinceramente en ocasiones puede resultar heroico. Aquellos que se han quedado sin nada por haber sido despojados de sus propiedades, los prófugos y cuantos han soportado el ultraje de la violencia, no pueden dejar de sentir la tentación del odio y de la venganza. La experiencia liberadora del perdón, aunque llena de dificultades, puede ser vivida también por un corazón herido, gracias al poder curativo del amor, que tiene su primer origen en Dios-Amor. La inmensa alegría del perdón, ofrecido y acogido, sana heridas aparentemente incurables, restablece nuevamente las relaciones y tiene sus raíces en el inagotable amor de Dios." (Juan Pablo II, l-l-97)

¿Qué significa perdonar?
"Perdonar no es lo mismo que justificar, excusar u olvidar. Perdonar no es lo mismo que reconciliarse. La reconciliación exige que dos personas que se respetan mutuamente, se reúnan de nuevo. El perdón es la respuesta moral de una persona a la injusticia que otra ha cometido contra ella. Uno puede perdonar y sin embargo no reconciliarse, como en el caso de una esposa continuamente maltratada por su compañero." ("A definition of forgiveness", por Robert Enright, "The World of Forgiveness", octubre/noviembre de l996.)


"El perdón permite liberarse de todo lo soportado para seguir adelante. Usted se acuerda del frío del invierno, pero ya no tiembla porque ha llegado la primavera".

"El perdón opera un cambio de corazón. Debemos ponerle fin al ciclo del dolor por nuestro propio bien y por las bien de futuras generaciones. Es un regalo que debemos proporcionarles a nuestros hijos. Podemos pasar del dolor a la compasión. Cuando perdonamos, reconocemos el valor intrínseco de la otra persona".

"El perdonar no borra el mal hecho, no quita la responsabilidad al ofensor por el daño hecho ni niega el derecho a hacer justicia a la persona que ha sido herida. Tampoco le quita la responsabilidad al ofensor por el daño hecho... Perdonar es un proceso complejo. Es algo que sólo nosotros mismos podemos hacer...Paradójicamente, al ofrecer nuestra buena voluntad al ofensor, encontramos el poder para sanarnos...Al ofrecer este regalo a la otra persona, nosotros también lo recibimos."
Nota: Tomado de "Excerpts from the talks at the National Conference on Forgiveness", Universidad de Wisconsin-Madison, marzo de l995.

¿Por qué debemos perdonar?
Un psicólogo norteamericano, Robert Enright, afirmó que las personas que han sido profunda e injustamente heridas pueden sanar emocionalmente perdonando a su ofensor. El insigne fraile dominico Henri Lacordaire dijo:

"¿Quieres ser feliz un instante? Véngate.
¿Quieres ser feliz toda la vida? Perdona".


Un discípulo de Jesús le preguntó: "¿Maestro, cuántas veces he de perdonar a mi hermano? ¿Siete veces?" "Siete veces no, setenta veces siete", le contestó Jesús. Perdonar es un don de Dios. La oración sincera, procedente de un corazón limpio de pecado, ayuda a "desmantelar" la ofensa, a perdonar al que nos hirió.

25 Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! 26 Y el espíritu inmundo, sacudiéndole con violencia, y clamando a gran voz, salió de él. 27 Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen? 28 Y muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea. Marcos 1


Promesa de gran valor pedagógico:
"Sólo por hoy"

Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.

Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, seré cortés en mis maneras, no criticaré a nadie, y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mí misma.
Sólo por hoy seré feliz con la certeza de que he sido creada para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino también en éste.

Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.
Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que así como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, la buena lectura lo es para la salud del alma.

Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
Sólo por hoy creeré firmemente - aunque las circunstancias me indiquen lo contrario - que la paternal providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.

Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo a gozar de lo bello y a dejarme conquistar por la bondad. Puedo hacer bien durante doce horas; lo que me abrumaría pensar que tengo que hacer durante toda la vida.

http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/perdona.html

Les aseguro que el que escucha mi palabra
y cree en aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna
y no está sometido al juicio, sino que ya ha pasado de la muerte a la Vida. Juan 5:24


Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré á todo este lugar por amor de ellos. Génesis 18:26

Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan. Salmos 86:5


21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23 si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro. Colosenses Capitulo 1


FELICIDAD/BIENESTAR
Definir el concepto de felicidad es tarea ardua. Seguramente sea una de las definiciones más controvertidas y complicadas. El ser humano ha tendido siempre a perseguir la felicidad como una meta o un fin, como un estado de bienestar ideal y permanente al que llegar, sin embargo, parece ser que la felicidad se compone de pequeños momentos, de detalles vividos en el día a día, y quizá su principal característica sea la futilidad, su capacidad de aparecer y desaparecer de forma constante a lo largo de nuestras vidas.

Otra de las controversias en torno a este tema es dónde buscar la felicidad, si en acontecimientos externos y materiales o en nuestro interior, en nuestras propias disposiciones internas. Aún hoy es difícil responder a esta cuestión. Por esta razón, y desde un punto de vista psicológico, el estudio del bienestar subjetivo parece preferible al abordaje de la felicidad.

La felicidad, concepto con profundos significados , incluye alegría, pero también otras muchas emociones, algunas de las cuales no son necesariamente positivas (compromiso, lucha, reto, incluso dolor).

Es la motivación, la actividad dirigida a algo, el deseo de ello, su búsqueda, y no el logro o la satisfacción de los deseos, lo que produce en las personas sentimientos positivos más profundos.

24 No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios. 25 Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo? 26 Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu. Eclesiastes Capitulo 2



No hay deber que descuidemos tanto como el deber de ser felices.
Stevenson, Robert Louis

La falta de las cosas que el hombre desea es un elemento indispensable de la felicidad.
Russell, Bertrand

Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una.
Voltaire, François Marie Arouet

La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.
Kant, Inmanuel


Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
Locke, John

http://www.psicologia-positiva.com/felicidad.html


Óigame! La felicidad
SE VE, SE TOCA, se huele, se oye y por descontado se paladea. La felicidad explota como un meteorito en el interior de la persona y rápidamente irradia con su potencia hasta el más mínimo acto. ¿Se es feliz o se está feliz? Hay quien adopta la felicidad como una filosofía de vida y quien tan sólo concibe ráfagas de felicidad en una existencia cargada de problemas.

Sentirse satisfecho con uno mismo y estar contento repercute en las relaciones que se establecen con los demás. Evita las broncas al volante, las rencillas laborales y reduce los problemas de familia. Debería tratarse como una prioridad de Estado. Pero a los políticos no les atrae la idea. La palabra felicidad está excluida de su discurso. "Quizá lo que ocurre con la felicidad es que somos incompatibles con ella. Felicidad es eso que brilla donde yo no estoy", asegura Fernando Savater en El contenido de la felicidad.
Sentirse satisfecho con uno mismo y estar contento repercute en las relaciones que se establecen con los demás. Evita las broncas al volante, las rencillas laborales y reduce los problemas de familia. Debería tratarse como una prioridad de Estado. Pero a los políticos no les atrae la idea. La palabra felicidad está excluida de su discurso. "Quizá lo que ocurre con la felicidad es que somos incompatibles con ella. Felicidad es eso que brilla donde yo no estoy", asegura Fernando Savater en El contenido de la felicidad.

UN 87% DE FELICES. A pesar de que la felicidad suena cursi y quimérica, los españoles de final de siglo se declaran cada vez más felices. En 1984, consolidada ya la democracia y con buenas perspectivas económicas a pesar de no haber superado todavía la crisis, un 84% no se avergonzaba al expresar un estupendo estado de ánimo: muy felices y bastante felices. Los desgraciados sumaban un 13%, a pesar de la euforia autonómica que se respiraba en aquella época. Por si fuera poco, en 1997, la felicidad había engordado y hasta transformado el semblante de algunos de esos desdichados. Los que se sienten tan felices como los protagonistas de los clásicos cuentos de hadas ascienden al 87%. Un 3% de aquellos a quienes los problemas les pesaban demasiado se han pasado al otro bando, según datos del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). Una excelente progresión, sin duda. Y es que la felicidad parece estar de moda. Su importancia se deja ver incluso en los foros de debate: los días 26 y 27 de septiembre se celebra en Madrid el I Congreso Internacional sobre la Felicidad, con la presencia de prestigiosos investigadores. Y su lema es: "La felicidad es una actitud, un deseo y un deber". Todo ello, a pesar del estudio de un grupo de psicólogos de la Universidad de Warwick (Reino Unido) que insiste en que la alegría y el buen humor pueden disminuir la capacidad racional del ser humano.

Gozar de buena salud es un requisito imprescindible para empezar a hablar de felicidad. Es lo que más nombran los españoles en su orden de prioridades




La felicidad crece porque los objetivos vitales han virado el rumbo. Si en los ochenta alcanzar la sociedad del bienestar pasaba por mejorar el nivel de vida, hoy, tras superar la crisis
de los noventa, los ciudadanos se han quedado con la mosca detrás de la oreja. El varapalo que supuso pasar de las alegrías
a la austeridad ha hecho cambiar el orden de los factores. La salud parece requisito imprescindible para empezar a hablar de felicidad. Al menos es lo que más nombran los españoles al enumerar su orden de prioridades para lograrla.

A CORAZÓN ABIERTO. En tan sólo una década se ha pasado del absolutismo ego centrista a la apertura del corazón. Si en 1984 tener un buen trabajo y ganar dinero se situaba por delante de disfrutar de una satisfactoria vida familiar, como objetivo para poder ser feliz, en el 97, los españoles palpitan de otra forma. La inteligencia emocional, la necesidad de conciliar sentimientos y razón se impone. Más de la mitad de los españoles, el 52%, precisa del calor y la camaradería de sus seres queridos para poder gritar a los cuatro vientos que es feliz. Al vil metal sólo le dan importancia un 26%, frente al 45% que lo adoraba en el 84. Apretarse el cinturón ha influido beneficiosamente en este cambio de mentalidad. Los escándalos políticos y financieros con la moraleja de Mario Conde presente en todos los hogares también han influido lo suyo.

LA VIDA SIMPLE. Queda claro que la sociedad actual busca la felicidad en las relaciones cotidianas. Poder charlar con los hijos, complicidad con la pareja, trabajar codo a codo con el compañero o pasear junto a los abuelos proporciona a corto, medio y largo plazo grandes dosis de felicidad. La tendencia social se dirige hacia el redescubrimiento de las vivencias más sencillas y naturales. "La vida feliz es la que está conforme con su naturaleza", está es la primera definición de felicidad, elaborada por Séneca, y sustentada en una completa receta: salud del alma, energía, paciencia, magnanimidad, adaptación a las circunstancias y atención a las cosas que sirven para la vida pero sin dejarse deslumbrar por ellas. La ética. La dimensión moral del hombre es para filósofos como Kant inseparable de la felicidad. Fernando Savater asegura que "lo que diferencia a la ética de cualquier otra actitud decisoria es que representa lo que siempre está en nuestras manos". O sea, que la felicidad depende de cada uno.

Abderramán III se decidió a contar los días que había sido feliz y no logró atesorar más de 20. Cada persona la experimenta de forma exclusiva y la predisposición para ser dichosos juega un papel determinante. Dicen los expertos que el enamoramiento -distinto a estar enamorado- es lo más similar a los estados transitorios de felicidad. Ese breve periodo de tiempo, en el que otra persona entra a saco en la propia vida provocando un estado de euforia incontenible que a la vez desencadena toda una revolución bioquímica en el cerebro, es felicidad en estado puro. Cuando se está radiante de alegría, entran en escena las endorfinas, sustancias con una estructura prima hermana de los opiáceos, que se fabrican en los núcleos del tallo cerebral y que pasadas por el escrutinio del electroencefalograma, se visualizan como ondas alfa.

DROGA SALUDABLE Traducido significa que un profundo bienestar, una sensación de andar flotando y de insólita paz se apodera del afortunado. "Algo similar les sucede a los que consumen drogas tan peligrosas como la heroína y los opiáceos. Está demostrado que entre los que echan mano de este tipo de sustancias hay un importante número de alexitímicos -torpes a nivel afectivo, con dificultad para distinguir entre los sentimientos-, pues les permite conectar con vivencias que no pueden ni imaginar", explica el doctor Benito Peral Ríos, psiquiatra y profesor de psicopatología en la Universidad de Comillas.

Pero sobre la actividad cerebral de una persona feliz actúan también los neurotransmisores cerebrales, sustancias sintetizadas por las neuronas, como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina. Por eso han tenido tanto éxito los fármacos como el Prozac y demás familia, que no son, ni más ni menos, que inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y que ayudan a salir de la depresión y la tristeza.

La depresión es uno de los azotes con que la vertiginosa sociedad de fin de siglo castiga a los que no son capaces de adaptarse a ella, ya sea en el plano sentimental o laboral. Aunque las corrientes vitalistas, con el downshifting -respuesta al yuppismo- a la cabeza, han contribuido a mirar más hacia dentro en una especie de ejercicio de valoración personal, lo innegable es que la tristeza sigue engullendo la vida de mucha gente. "Para ser feliz hay que entenderse, conocerse y aceptarse. A partir de ahí ya es posible desarrollar otras áreas que contribuyan a la satisfacción", formula, como punto de partida, la psicóloga social y terapeuta Elena Gismero.

La inteligencia emocional, la necesidad de conciliar sentimientos y razón se impone. Más del 50% de los españoles necesita el calor de los suyos para ser feliz.
La felicidad personal sirve a su vez para alegrar la vida de los otros. Por muy a sermón religioso que suene. Pilar Varela, psicóloga del trabajo y autora de La máquina de pensar, asegura: "Las personas que se autocalifican como felices son más tolerantes con los otros, los valoran mejor, perciben el mundo como más seguro y toman decisiones con mayor facilidad".

Claro que, por felicidad, la mente humana está incluso dispuesta a hacer la vista gorda en las ocasiones que suponen una amenaza para la tranquilidad espiritual. Ésta es la tesis que defiende Daniel Goleman en El punto ciego. O sea, que el trueque entre atención y seguridad se produce para salvaguardar la felicidad. Siempre en pequeñas gotas. Encontrar el punto de equilibrio entre "una vida plagada de mentiras vitales o ceñirse exclusivamente a decir las verdades más simples" sería lo ideal, en palabras de Goleman.

MENTE SALVADORA. Lo peor es que nadie suele ser consciente de que su mente está trapicheando a sus espaldas para evitarle el enfrentamiento con algo desagradable. El psicólogo Donan Espencer asegura que debe existir alguna parte del sistema visual que dispone de una previsión y que etiqueta rápidamente lo que resulta no recomendable y lo orienta a zonas más seguras fuera de la conciencia. De hecho, la mayoría de las personas muestran mayor facilidad para recordar los hechos positivos que los dolorosos, excepto los depresivos, quienes superponen lo negativo a la felicidad. Correr un tupido velo, es decir, crear una laguna para defenderse de las amenazas que harían tambalear la felicidad, no evita el problema. Si uno se encuentra frente a un león puede cerrar los ojos pero el animal seguirá frente a él, acechándole. Pero es posible descubrir esas mentiras que el hombre se cuenta a sí mismo y a los demás.

ELLAS Y ELLOS. Diversas investigaciones como la de Rosenthal y Bella Depaulo dan fe de que las mujeres parecen más diestras que los hombres a la hora de interpretar los mensajes no verbales como los gestos, el tono de voz, etcétera. Sin embargo se les escapan los deslices, esos pequeños detalles que revelan sentimientos ocultos. Los hombres por el contrario parecen más avispados al desnudar las intenciones y bastante torpes para leer en la mirada. En esta toma y dacha a nivel del subconsciente, la mente trata de no romper el equilibrio, así la felicidad no se resquebraja.

El bienestar depende en gran medida de uno mismo pero no se pueden pasar por alto el marco y las circunstancias en las que se desarrolla la vida. Es evidente que aquéllos que no tienen qué llevarse a la boca difícilmente podrán ser felices, porque carecen de lo esencial. Para los que tienen satisfechas sus necesidades mínimas de supervivencia, en cambio, la felicidad ya es más fácil de atrapar.

El nivel de ingresos, la educación, la cultura, la capacidad para compartir las propias vivencias, la exigencia de actuar con otro de igual manera a como a uno le gustaría que se comportasen con él, son factores y principios que dan a la felicidad un enfoque personal. Porque la felicidad no es una experiencia aislada, sino un cúmulo de vivencias cotidianas que varían a lo largo de los años. El doctor José M. R. Delgado, psiquiatra y catedrático de Fisiología en Yale durante 22 años, se refiere a una felicidad infantil marcada por la alegría espontánea y exuberante de los niños en contraposición a una más gastada en la tercera edad. La felicidad es tan única que los españoles expresan distinto grado de bienestar según la comunidad en que viven.

DICHA NACIONAL. Sin embargo, el entorno, las circunstancias y la propia educación tienen su parte de responsabilidad en la felicidad. Este hecho se ha comprobado en España, donde la felicidad varía según donde se viva. Así, el último estudio del CIRES sobre la realidad social en España, muestra que el 87% de madrileños, vascos y catalanes se consideraban felices, situándose en el primer puesto del ranking de felicidad. Valencianos, castellanos-manchegos, gallegos, castellano leonés y andaluces les secundan en dicha. Mientras, los canarios resultan ser los menos felices con un 75% de contentos frente a un 23% de infelices.

ALEGRÍA ADULTA En este análisis se apunta al estado de ánimo y a la evaluación personal presente como indicadores de mayor influencia sobre la percepción de la felicidad. Como es una sensación subjetiva, resulta complejo descubrir bajo qué puntos comunes se experimenta más felicidad.

César Lemoine, autor del estudio Iberoamérica Habla, apoyado por la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos), ha tratado de desentrañar algunos de estos factores.

Los hombres se declaran más felices a partir de los 55 años, mientras que las mujeres saborean antes la deseada felicidad, entre los 25 y los 39 años.

El enamoramiento, aseguran los expertos, es lo más similar a los estados transitorios de felicidad: un profundo bienestar, una sensación de andar flotando...

La educación también añade su granito de arena a la satisfacción, sobre todo para las féminas, quienes la valoran más que los varones. El eterno dilema entre si la cultura refuerza la felicidad o, por el contrario, la ignorancia procura más alegrías parece dar la razón a todos los intelectuales que han hecho hincapié, durante siglos, en la educación como factor de satisfacción con uno mismo. En Latinoamérica, el 79% de la población asegura sentirse feliz o muy feliz, frente al 70% de los europeos y por debajo de los norteamericanos y los australianos, ambos con un 90%. Japón, uno de los países más desarrollados del planeta, sobresale en falta de dicha: sólo un 57% de japoneses muestran su satisfacción. La renta per. cápita no va ligada a la felicidad. Así lo demuestran salvadoreños junto a guatemaltecos -los más contentos de Latinoamérica-, ya que un 90% de ellos se confiesa de lo más ufano.

ACEPTAR EL DOLOR. Ser feliz no presupone la ausencia de dolor o tristeza. La muerte o el abandono de un ser querido no se puede pasar por alto. Pero sí es posible valorar la vida en su conjunto. "Muchas veces el sufrimiento está en nosotros y sólo aparece cuando nos resistimos al dolor. El dolor tiene un sentido comprensible: avisa de que algo no va bien. Para superarlo hay que aceptarlo", explica Serafín Ruiz, autor de El arte de ser felices. Saber que se quiere ser feliz e ir tanteando la manera de hacerle un hueco en la vida es ya un excelente comienzo para atraerla. Que permanezca o se esfume es una cuestión personal, de autoestima y generosidad, sobre todo con uno mismo.

El decálogo de la felicidad

NO HAY fórmulas milagrosas ni varitas mágicas. Para ser feliz hay que pensar, sentir y actuar de acuerdo a los valores que cada uno considera primordiales. Unos preferirán la ética, otros la religión o el amor. Lo esencial es no dar el brazo a torcer.

1 No cambies. No hace falta tratar de transformarse en la persona que nunca se ha sido. Lo más acertado es observarse detenidamente a uno mismo y, con ayuda de lápiz y papel, separar las razones que añaden y restan felicidad. Al reflexionar, igual resulta que el novio de la niña o la hipoteca tampoco son motivo auténtico de desilusión.

2 Serenidad ante todo. No hay que dejarse desbordar por un revés, aunque parezca que se hunde el mundo. Debe afrontarlo con la mayor serenidad del mundo. No es cuestión de cerrarse a las emociones que provocan los conflictos pero sí de mantenerlas bajo control. Un buen ejercicio consiste en rememorar aquel suceso que hace tres años nos pareció tan catastrófico y que hoy es parte del anecdotario personal. El lama Zopa Rimpoché es de los que creen que los problemas se pueden transformar en felicidad.

3 Ojo con los puntos ciegos El teórico Daniel Goleman no ha podido buscar un calificativo más acertado para definir esas mentiras que cada persona se cuenta a sí misma para obviar todos aquellos sucesos que pueden desmontar toda una estructura vital. Entre las parejas, en la vida cotidiana, y hasta en las altas esferas políticas, los puntos ciegos existen como un trueque del subconsciente. A veces, correr un tupido velo demasiadas veces al día puede desembocar en patologías. Las mentiras vitales, como las definía Ibsen, hay que administrarlas con cuentagotas.

4 Vivir el presente. Parece obvio, pero hay quien se pasea por la vida como un zombi. Unos anhelan ese momento en que se sentían de verdad feliz y radiante. Tan enfrascados están en aquello que ya no existe que se vuelven incapaces de saborear el día a día. No es que ahora su vida sea más aburrida, es que ellos se han negado a disfrutarla. La misma ineptitud para abrazar la felicidad aqueja a los que fantasean con que el futuro les proveerá de todo lo que desean.
5Introducir novedades Por pequeñas que sean siempre son bien recibidas.

"La imaginación y el espíritu contienen posibilidades ilimitadas para hacer la vida más interesante y agradable", explica Serafín Ruiz, autor de "El arte de ser feliz". Un baño nocturno en el mar, una tarde para uno solo, una pequeña escapada al campo o la ciudad, una cena especial, enseñar a los críos los juegos de la infancia... Sólo hay que pensar un poco para sorprender a los demás. Incluso a uno mismo.

6 Permitir las emociones Es lo que aconseja Elena Gismera, psicóloga social. El dolor, la ira, la tristeza, la soledad o el desánimo son emociones que forman parte de la vida diaria. Cuando se glorifica la infelicidad y uno se recrea en ella, puede parecer que existe una confabulación global contra uno mismo. Hay que encajar el dolor y permitir que fluya para poder ser felices. Sentirlo, para desprenderse de él.

7 Amor. Es un sentimiento que asegura la felicidad cuando es auténtico. No hay estado que genere tanta efervescencia y complicidad. Claro que en muchas ocasiones se interpretan como amor los celos enfermizos, el egoísmo y la necesidad patológica de poseer a la otra persona. Esos amores posesivos y destructivos lo mejor es desterrarlos para siempre. Quien bien te quiere no tiene por qué hacerte llorar.

8 Acción. No es cuestión de calzarse las deportivas y el chándal e ir haciendo "footing" de un lado para otro, pero la actividad es básica para sentirse bien. Levantarse por la mañana y no tener nada más que hacer que sentarse frente al televisor es bastante desalentador para lograr la felicidad. Aunque se esté en paro, siempre es posible asistir a cursos del Inem, aprovechar para poner en práctica eso que siempre soñó realizar o colaborar con alguna asociación de voluntariado. Además de sentirse útil, se crean nuevas amistades.

9 Optimismo. Formar un tándem con la frustración es lo más adecuado para minar la salud y las relaciones con los demás. Ya desde niños hay que saber aceptar que las cosas no siempre son como uno desea. Los adultos que se revuelven, amargan y programan venganza cuando ascienden a otro compañero en el trabajo o cuando su pareja no les dedica todo el tiempo del mundo, merecerían llevar chupete en lugar de carné de identidad.

10 Naturalidad. Fuera corsés y falsas poses. No hay que avergonzarse de uno mismo, que para algo está la autoestima. Hay que estar de acuerdo con las propias convicciones. La felicidad precisa de frescura y "de cierto equilibrio. No es cuestión ni de inflar el globo artificialmente ni de pincharlo hasta que se reduzca a la nada. Es preciso responsabilizarse de

nuestra vida y hacerlo sin artificios", apunta Elena Gismero, psicólogo social.

12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. 16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. 17 Esto os mando: Que os améis unos a otros. Juan 15

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Corintios I 13

http://www.el-mundo.es/larevista/num153/textos/feli1.html

La Felicidad

¿Qué es la felicidad? • ¿Por qué preguntamos "qué es la felicidad"?
¿Es ese el enfoque correcto? • ¿Es la correcta manera de investigar?


No somos felices. Si fuéramos felices, nuestro mundo sería por completo diferente, nuestra civilización, nuestra cultura, serían total y radicalmente distintas. Somos seres humanos infelices, triviales, carentes de valor, peleadores, vanos, nos rodeamos de cosas inútiles, nos satisfacemos con ambiciones mezquinas, con el dinero y la posición social. Somos seres desdichados, aunque podamos poseer conocimientos, dinero, casas ricas, muchos hijos, automóviles, experiencia. Somos seres humanos tristes, sufrientes, y debido a que sufrimos, deseamos la felicidad; y


así nos dejamos arrastrar por aquellos que nos prometen esa felicidad, social, económica o espiritual.

¿De que sirve, cuando estamos sufriendo, preguntar de qué sirve la felicidad? ¿Podemos comprender el sufrimiento? Ése es nuestro problema, no cómo ser felices. Somos felices cuando no estamos sufriendo: debemos, pues, comprender qué es el sufrimiento. Pero, ¿Podemos comprender qué es el

sufrimiento cuando una parte de nuestra mente está escapando en la búsqueda de la felicidad, de una salida para la desdicha?
Felicidad, satisfacción o conformismo.

¿Qué es lo que buscamos la mayoría de nosotros? ¿Qué es lo que deseamos? Especialmente en este mundo inquieto, donde todos tratan de encontrar alguna clase de paz, de felicidad, un refugio. Es importante, sin duda, averiguar qué es lo que intentamos buscar, qué es lo que intentamos descubrir. ¿No es así? Probablemente, la mayoría de nosotros busca una cierta clase de felicidad, cierta clase de paz, un lugar quizás especial y mágico. En un mundo dominado por la confusión, las guerras, las disputas, las luchas, anhelamos un refugio donde pueda haber algo de paz. Creo que eso es lo que desea la mayoría de nosotros. Y así proseguimos la vida, colgando de un hilo nuestra efímera y frágil felicidad.

Ahora bien, lo que buscamos, ¿es la felicidad, o buscamos alguna clase de satisfacción, comodidad o conformismo? Hay una diferencia entre felicidad y satisfacción. ¿Puede uno buscar la felicidad? Quizá pueda encontrar la satisfacción, pero es obvio que no podrá encontrar la felicidad. Por lo tanto, antes de entregar nuestras mentes y nuestros corazones a algo que exige una gran dosis de seriedad, atención, reflexión, cuidado, debemos descubrir, ¿no es así?, qué es lo que buscamos: si es felicidad o satisfacción y conformismo.

El verdadero gozo.
Muy pocos de nosotros disfrutamos plenamente de algo. Es muy pequeño el júbilo que nos despierta la visión de una puesta de sol, o ver una persona atractiva, o a un pájaro en el vuelo, o un árbol hermoso, o una bella danza. No disfrutamos verdaderamente de nada. Miramos algo, ello nos entretiene o nos excita, tenemos una sensación que llamamos gozo. Pero el disfrute pleno de algo es mucho más profundo, y esto debe ser investigado y comprendido.

Para conocer el verdadero gozo, uno debe ir mucho más profundo. El júbilo no es mera sensación. Requiere una mente extraordinariamente alerta, que pueda ver ese "yo" que acumula más y más para sí mismo. Un "yo" así, un ser así, jamás podrá comprender este estado de felicidad en el que no existe "uno" que es feliz. Debemos comprender esto tan extraordinario, de lo contrario, la vida se vuelve muy trivial, superficial y mezquina: nacer, aprender unas cuantas cosas, sufrir, engendrar hijos, asumir responsabilidades, ganar dinero, tener un poco de entretenimiento intelectual y después morirse.

¿Podemos buscar, perseguir la felicidad?
¿Es felicidad ser conscientes de que somos felices? En el instante mismo en que somos conscientes de nuestra felicidad dejamos de ser felices, eso ya no es felicidad. La felicidad, de la misma forma que el amor, no son cosas que podamos perseguir, llegan. Pero si las buscamos, nos evadirán.
La mente y el pensamiento jamás pueden encontrar la felicidad. La felicidad no es, como lo es la sensación, una cosa que pueda perseguirse y encontrarse. La sensación podemos encontrarla una y otra vez, porque siempre la perdemos, pero la felicidad no puede ser encontrada. La felicidad que podamos recordar es tan sólo una sensación, una reacción a favor o en contra del presente. Lo que se ha terminado no es la felicidad, la experiencia de felicidad que se ha acabado es sensación, porque el recuerdo es pasado y el pasado es memoria y sensación. La felicidad no es sensación. Podemos recordarla pero no revivirla. La mente, con sus recuerdos y experiencias no puede ser feliz, el reconocimiento mismo impide el vivir el momento presente con toda la plenitud que necesita el ser feliz.

¿Podemos hallar la felicidad por medio de cosas?
¿Qué entendemos por felicidad? Algunos dirán que la felicidad consiste en obtener todo lo que deseamos. Uno desea un coche, lo obtiene y es feliz. Deseamos cosas, el logro, el éxito, llegar a ser virtuosos... y si lo conseguimos somos felices y si no las conseguimos somos desdichados. Así, lo que muchos llaman felicidad es obtener lo que desean.

Buscamos la felicidad por medio de cosas, de pensamientos e ideas, a través de la relación. Por lo tanto, se vuelven sumamente importantes las cosas, la relación y las ideas, no la felicidad. Cuando buscamos la felicidad por medio de algo, ese algo adquiere un valor mayor que la felicidad misma. Buscamos la felicidad en la familia, en la propiedad, en el nombre, entonces, la propiedad, la familia, el nombre, adquieren una extrema importancia, ya que la felicidad es buscada a través de un medio; de esa manera, el medio destruye al fin.

¿Puede la felicidad hallarse a través de algún medio, de alguna cosa hecha por la mano o por la mente? ¡Es tan obvio que las cosas, las relaciones y las ideas son impermanentes, que siempre terminan por hacernos desdichados! Las cosas son impermanentes y se gastan y se pierden; la relación constituye una fricción constante, y la muerte aguarda; las ideas y las creencias carecen de solidez, de permanencia. Buscamos la felicidad en ellas, sin darnos cuenta de su impermanencia. Así es como el dolor se convierte en nuestro constante compañero.

¿Cómo puede llegar a nosotros la felicidad?
Es el "yo", es el "ego", el que desea y quiere obtener las cosas. Es el "yo" el que disfruta, el que desea más felicidad, el que escudriña, el que busca, el que anhela más felicidad, el que lucha, el que se vuelve cada vez más refinado, el que jamás quiere llegar a su fin.
Sólo cuando el "yo", en todas sus sutiles formas, llega a su fin, hay un estado de bienaventuranza que no es posible tratar de adquirir, un éxtasis, un verdadero júbilo libre de todo sufrimiento, de toda corrupción.
Nuestro "yo" sólo es un recuerdo, un conjunto de pensamientos sin realidad objetiva. Cuando la mente trasciende el pensamiento del "yo", del experimentador, del observador, del pensador, puede haber entonces una felicidad incorruptible. Esta felicidad no puede ser permanente -en el sentido con que usamos esa palabra-, pues está más allá al tiempo y al espacio. Pero nuestra mente está siempre buscando una felicidad que tenga permanencia, algo que perdure, que continúe. Y ocurre que el deseo mismo de continuidad es corrupción.

Si podemos comprender el proceso de la vida y explorar el río del conocimiento propio, comprenderlos sin condenar, sin decir que es bueno o es malo, entonces surge una felicidad creadora que no es "tuya" ni "mía". Esa felicidad creadora es como la luz del Sol. Si deseamos conservar la luz del Sol para nosotros mismos, ese ya no será más el claro y cálido Sol dador de vida. De igual manera, si deseamos la felicidad porque estamos sufriendo, porque hemos perdido a alguien o porque no hemos tenido éxito, entonces eso es tan sólo una reacción. Pero cuando la mente puede ir más allá, encontramos que existe una felicidad que no pertenece a la mente, y que es el verdadero gozo, el auténtico júbilo.

http://www.proyectopv.org/1-verdad/felicidad.html

Darle Sentido de las Cosas
Una de las actividades mentales y emocionales que se puede sugerir es darle sentido a las cosas que uno realiza, que se le presentan en la vida y sobre todo que significamos nosotros, como el “YO”, que significo para….mis familiares, amigos, colaboradores y otras personas.

Que sentido tienen estas situaciones, estas personas y estas cosas?
Que sentido tiene esto?

Que sentido?
Estas son preguntas puramente existenciales por ver de una manera filosófica el asunto. Pero la mayoría de las personas que no son felices es por que no se han preocupado por darle significado a su vida ni lo que hacen con ella. Así que la felicidad si existe, si se alcanza y si esta en nosotros mismos.

Que me haría feliz mi salario o lo que puedo comprar con el?
Es una pregunta que todos nos hacemos. El trabajo me causa ansiedad, entonces, si no trabajo no tengo ansiedad?
O será? este trabajo me causa ansiedad y la ansiedad me deprime y me entristezco. Creo que esa es una respuesta aceptable. ¿ O no es así? ¿Dime tú?

¿Qué te hace feliz?
Tengo que trazar el mapa de mi felicidad. Mi pasatiempo favorito seria: TAL . así que desde ahora me preparare con los siguientes ejercicios: Tal y Cual. Mi constitución física es de tal y cual forma y resisto hasta donde. Etc. Por ejemplo:
Mi trabajo favorito seria tal y me tengo que preparar así.
Mi pareja ideal, educación, carro y todo lo que yo deseo.
Esto es lo que me hace feliz y punto.

Ahora viene la pregunta del principio.
Que sentido y que significa y que valor tiene?
Como la búsqueda de mi felicidad afecta a mis seres queridos, vecinos, colaboradores y a los que me rodean?
Es parte de mi felicidad hacer infeliz a los demás?
Creo que nadie es feliz haciendo a otros infelices.
Que impacto tengo en los demás? Te das cuenta es un circulo. Cada acción tiene una reacción. así de fácil.

Unas de las inquietudes que nosotros tenemos es ¿Cómo hago a mi esposa(o), hijos, padres, amigos y a los demás felices?

Ahora no dejes que eso te detenga pues primero si tú no eres feliz estarás amargando a los demás.

En lo personal la base de mi felicidad es ¿como complemento? Dado el caso que yo pertenezco a un entorno, comunidad, familia, empresa, equipo y sobre todo al planeta y su naturaleza. Esa es mi base. Ya estoy aquí. Ahora ¿para que sirvo? ¿Cuáles son mis destrezas? Ya me di valor propio como ser humano y como persona útil. Tengo dos puntitos a mi favor. Tremendo!

¿Cuan feliz?
Ya tienes tu trabajo, salario, deporte, pareja y las cosas básicas que te hacen feliz. Verdad? Ahora como esas personas, cosas y/o situaciones te hacen feliz es algo que por su naturaleza y gravedad ellas van a actuar. O sea hasta cierto punto, digamos un 75%, ellas hablan sola.

En este punto cuantificaras y sopesaras una con otra. Por ejemplo: me gustaría practicar mi deporte pero prefiero ir al cine aunque la película no me agrade. ¿Por qué? Porque voy con mi hijo, esposo, papa, amiga, tengo calor, estoy lastimado o por otra razón. Ya estamos en un balance de la felicidad. No te estas cuestionando. Estamos madurando.

Las personas maduras hacen cosas que a la larga le rinden frutos y son positivas a final de cuenta. Aunque en ese momento desearíamos estar en otro sitio o hacer otra cosa.

Una vez mi esposa y yo salimos a comer, en momentos de estrechez económica, y ella prefiero la comida mejicana, pues fuimos a un restauran mejicano de lo más bonito, entonces ella me pregunta ¿por que estas tan contento si a ti no te gusta la comida mejicana? Y yo le conteste - es cierto, pero como estoy contigo, eso me hace feliz. Una vez más anoto dos puntos. Soy feliz haciendo a quien me hace feliz feliz.
Dar sentido, hacer lo que me gusta y cuantificarlo.

¿Esta feliz?
El momento de la felicidad. Se pude estar feliz todo el tiempo?
La felicidad como tal es momentánea o sea es un momento dado. Pues la solución esta en repetir ese tipo de momento? Es una emoción que nos impacta positivamente durante toda la vida en nuestra actitud diaria. Hoy estoy feliz. Mi hijo se gradúa, mi esposa me prepara algo especial, me compre un carro nuevo, gano más dinero y así sucesivamente. Nadie viene y dice estoy feliz porque me rompí un brazo y a porosito mi madre se murió. No es normal. Por tanto no son causa de felicidad.

Pero las experiencias positivas son capaces de hacernos felices. Estas se quedan en nuestra memoria por toda la vida. Y en los momentos difíciles las podemos recordar y así amortizar otras experiencias y situaciones. Como por ejemplo: Te peleaste con tu esposo por algo bien importante. Saliste del hogar y lo primero que te pasa por la mente es abandonarlo y tirarle las cosas en la cara. No estas feliz obviamente.
Pero cuando sales vas a tomarte un refresco y empiezas a recordar los mejores momentos de tu matrimonio y tu mente se empieza a aclarar. En esos momentos los recuerdos te hicieron feliz. En ese momento te transportaste, viajaste a la felicidad de un momento, de una era. Y todo vuelve a tomar el camino correcto. Empiezas a pensar y a razonar claramente. Estas tomando la solución correcta. Al otro día te preparas para hablar con tu esposo pero, ¿Qué pasa?, el no esta del humor conveniente para entablar una conversación y resolver las situaciones. ¿Qué haces en esa situación?
Llevarlo a un momento de felicidad y a partir de ahí comenzar la negociación para resolver el conflicto. Esa es la solución. Ahora los dos están felices. Y la herramienta fueron los recuerdos.
O sea ¿hoy yo puedo estar feliz por los sucesos del ayer? Si. Entonces la felicidad es un momento. Si.
Pero fue de ayer. Si.
O sea que la felicidad, SI, trasciende el tiempo.

¿Eres feliz Ahora?
Tú eres feliz ahora gracias a lo que hiciste ayer.
Ahora y mañana. También.

Hoy llego tu mejor amiga a tu casa saltando y te dice “ estoy súper contenta, súper, súper contenta!” y tu le preguntas ¿Por qué estas tan contenta? Y ella responde gritando “Porque en un mes me compro un carro nuevo.”

Y tu piensas en -un mes y por que se alegra ahora? Si se esta metiendo en una cuenta, gasto de gasolina, accidentes, estacionamiento, multas, seguros y cuanta cosa hay. Por que esta feliz ahora?

Porque en su mente ya se hizo que tiene el coche y que lo esta guiando. Resolviendo sus compromisos, paseando con sus seres queridos, no se siente como si fuese una carga, es independiente y un montón de razones positivas que HOY la hacen saltar. Ya esta gozando.
Y quiero que recuerdes esta palabra GOZO.
Aunque nunca halla tenido la experiencia de poseer un automóvil.
¿Qué cosas no?
Hoy puedes hacer lo que quieras conmigo porque mañana….mañana soy diferente!. Soy feliz! Tan feliz como hoy! Comprendes. Estoy gozando!

La felicidad puede llegar con la expectativa? Si.
La felicidad puede llegar hoy y repetirse en el futuro? Si.
Puedo estar feliz por algo que nunca pasara? Si.
Puedo estar feliz por algo que es condicionado? Si.
La felicidad. Si, Si, Si y SI.
Si. La felicidad produce emociones que, si, se graban en lo más profundo de nuestra mente. Y estas empiezan a tomar valor en relación a las experiencias actuales y futuras. Y entonces tú sabrás que es lo que te hará feliz o no aunque todavía no haya llegado.
Entonces eres feliz ahora? Si.

¿Qué hago con la felicidad?
Como ya hemos mencionado la felicidad produce emociones, que se recuerdan y trascienden en el tiempo. Ahora para que quiero ser feliz? Aunque no lo creas mucha, pero mucha gente se hace esta pregunta: ¿para que quiero ser feliz?
Pues te diré. Primero que nada si tu no eres feliz tu organismo comienza a deteriorarse, tu producción baja y afectas negativamente a los que te quieren. Eso te hace feliz?
Ahora tu contestación es ¿y que me importa?
Si total hay mucha gente que no es feliz y tienen mucho dinero, están bien de salud y las personas los quieren.
¿estas seguro? Piensa otra vez. O al menos inténtalo. Porque el que piensa así en realidad no esta pensando.


El Arzobispo Nathanael (Lvov, 1906-1985) se refiere así a la felicidad:
Es interesante hacer notar, que la palabra "felicidad-suerte" — "tikhi," se encuentra muy escasamente en la Sagrada Escritura, y — ni una sola vez en el Nuevo Testamento. Esta palabra es demasiado arbitraria, inexacta en su interpretación, y no significa nada, en sí misma. En lugar de ella la Escritura emplea otra palabra, más clara, concreta, que indica el contenido de la felicidad, la palabra "gozo" — "khará."

Acerca del gozo dice Cristo: "Mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido," — señalando a la fuente de este gozo: "Si guardareis Mis mandamientos, permaneceréis en Mi amor, así como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su amor" (Juan 15:10-11).

La felicidad es lo invisible que mueve las emociones positivas, que me ayudan a estar y disfrutar la vida. ¿para que voy a comerme algo que no me gusta? El ser feliz es responsabilidad de todos y con todos. Tú ni yo estamos aquí para ser infelices por que estaríamos haciendo cosas malas las cuales no llevarían al infierno y vivir un infierno ahora. Nosotros somos de Carne y pensamiento. Yo le añado espíritu /alma. Estamos aquí para disfrutar de los placeres del Universo y somos universales. Tenemos que vivir en armonía y amarnos a nosotros mismos.

El amor propio comienza con tan solo ser felices y buscar tal felicidad. La felicidad esta en los recuerdos y en los proyectos, en las personas que nos rodean y en las cosas que tenemos. Pero esto no se detiene ahí la clave es la búsqueda de la felicidad ahí esta la verdadera felicidad. En buscar que otras cosas hay allá afuera. Y que cosas puedo adoptar para hacerme feliz y así a los demás.
Hacer lo que te gusta y lo que le agrade a Dios. Y lo que le agrade a Dios lo llenara de GOZO y su GOZO estará en ti y tu GOZO en El. Este es el mensaje. Ser agradable y ser feliz. Se agradable contigo y agrada a los demás. Comunica lo que sientes cuando lo sientes. No guardes rencor y perdona y perdónate tú. Sigue adelante en busca de la felicidad.




Nehemías 12:44

[ Porciones para sacerdotes y levitas ] En aquel día fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá con respecto a los sacerdotes y levitas que servían.
Nehemías 12:43-45 (en Contexto) Nehemías 12


Ahora ¿quieres ser feliz?

Evita estar solo
Busca una relación de pareja
Se optimista, desea, pide, agradece
Perdona y continúa
Admira a los demás
Mantente activo
Trátate bien
Relájate y busca con calma
Se libre y escoge organizadamente
Se sencillo y evita el materialismo
Independiente y sostenible

Redacción por Rubén Méndez