Share |

Sep 12, 2008

Proactividad


Proverbios 19:14-16
14 La casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová la mujer prudente. 15 La pereza hace caer en profundo sueño, Y el alma negligente padecerá hambre. 16 El que guarda el mandamiento guarda su alma; Mas el que menosprecia sus caminos morirá.

Proactividad es un término acuñado por Víctor Frankl, un neurólogo y psiquiatra austriaco que sobrevivió a los campos de concentración Nazis, en su libro Man's Search for Meaning ("El hombre en busca de sentido", 1946). Años después el término se popularizaría en muchos libros de autoayuda, desarrollo personal y empresarial gracias al best-seller Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva del autor Stephen R. Covey.


Proactividad es una actitud en la que el sujeto asume el pleno control de su conducta vital de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias de la vida.

El concepto opuesto es el de reactividad, o tomar una actitud pasiva y ser sujeto de las circunstancias y por ende, de los


problemas. La definición extendida por Covey dice que la conducta individual es función de las decisiones propias y no de las condiciones.

Etimología
La palabra procede del latín, y está compuesta de dos palabras (pro, raíz latina: pro-, que significa «antes de», y actividad, que significa «facultad de obrar», «Diligencia, eficacia», raíz latina: activitas, -atis.

En los Siete hábitos para la gente altamente efectiva

1 Corintios 6:19
19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?


Steven Covey considera que la esencia de la persona proactiva es la capacidad para subordinar los impulsos a los valores. Para ello compara la actitud de las personas proactivas y las personas reactivas:

Las personas reactivas:
Se ven afectadas por las circunstancias, las condiciones, el ambiente social... Sólo se sienten bien si su entorno está bien.

Centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación: en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. No tienen la libertad de elegir sus propias acciones.

Las personas proactivas:
Se mueven por valores cuidadosamente meditados y seleccionados: pueden pasar muchas cosas a su alrededor pero son dueñas de cómo quieren reaccionar ante esos estímulos.

Centran sus esfuerzos en el círculo de influencia: se dedican a aquellas cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Su energía es positiva, con lo cual amplían su círculo de influencia.

¿Qué no es la pro actividad?
La pro actividad no tiene nada que ver con el activismo o la hiperactividad. Ser proactivo no significa actuar de prisa, de forma caótica y desorganizada, dejándose llevar por los impulsos del momento. Las personas que tienen el hábito de la pro actividad no son agresivas, arrogantes o insensibles, como defienden algunos tópicos, sino todo lo contrario: se mueven por valores, saben lo que necesitan y actúan en consecuencia ¿Cómo actúa la mujer proactiva?

La mujer proactiva es aquella que toma el liderazgo de su propia vida, genera acciones y elige sus propias respuestas a situaciones y circunstancias particulares. Sus principales cualidades son la tenacidad y la determinación.

La mujer proactiva:
• Conoce sus fortalezas y sus debilidades
• Gestiona positivamente sus emociones y su actitud
• Manifiesta sus opiniones de forma asertiva
• Confía en sí misma y le gusta asumir retos
• Toma la iniciativa y emprende la acción
• Actúa con decisión y determinación para
alcanzar sus metas
• Afronta positivamente el cambio y la incertidumbre
• Transforma los problemas en oportunidades
• Es perseverante; no abandona a la primera de cambio
• Está dispuesta a cambiar el rumbo de la acción
hasta alcanzar los resultados que desea
• Asume sus fracasos y los considera como oportunidades
de aprendizaje
• Genera nuevas ideas y estrategias para resolver
los problemas y las dificultades
• Es inconformista, desafía lo convencional y
anticipa futuros escenarios.

Actividad
Es el conjunto de acciones que se llevan a cabo para cumplir las metas de un programa o subprograma de operación, que consiste en la ejecución de ciertos procesos o tareas (mediante la utilización de los recursos humanos, materiales, técnicos, y financieros asignados a la actividad con un costo determinado), y que queda a cargo de una entidad administrativa de nivel intermedio o bajo. Es una categoría programática cuya producción es intermedia, y por tanto, es condición de uno o varios productos terminales. La actividad es la acción presupuestaria de mínimo nivel e indivisible a los propósitos de la asignación formal de recursos. Conjunto de operaciones o tareas que son ejecutadas por una persona o unidad administrativa como parte de una función asignada.



ACTIVIDAD FISICA Y SALUD: DEFINICIÓN
Efesios 5:29
29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,



La actividad física es cualquier actividad que haga trabajar al cuerpo más fuerte de lo normal. Sin embargo, la cantidad real que se necesita de actividad física depende de los objetivos individuales de salud, ya sea que se esté tratando de bajar de peso y que tan sano se esté en el momento.

La actividad física puede ayudar a:
Quemar calorías y reducir la grasa corporal
Reducir el apetito
Mantener y controlar el peso





BENEFICIOS
La actividad física contribuye a la salud gracias a la reducción de la frecuencia cardíaca, la disminución del riesgo de una enfermedad cardiovascular y la reducción de la
cantidad de pérdida ósea asociada con la edad y la osteoporosis. La actividad física también ayuda al cuerpo a quemar calorías de una forma más eficiente, facilitando así la pérdida y el mantenimiento del peso. Puede aumentar la tasa metabólica basal, reducir el apetito y ayudar a la reducción de grasa corporal.

EFECTOS SECUNDARIOS
La actividad física debe realizarse a un ritmo que sea apropiado para la persona. Es importante y conveniente hacerse evaluar por un especialista en medicina deportiva para evitar que se produzcan lesiones por una actividad física iniciada sin tomar en consideración el tipo o duración de la actividad y la condición física de la persona.



Beneficios para la salud mental de la actividad física


El mensaje de este informe es que las personas pueden mejorar sustancialmente su salud y calidad de vida, incluyendo una actividad física de intensidad moderada en sus vidas. No es necesario realizar actividad física vigorosa para mejorar sus efectos sobre la salud.


La cantidad (más que la intensidad) ofrece más opciones y posibilidades para incorporarla a la vida cotidiana de las personas. Ejemplo: 30 minutos de caminata vigorosa, ó 30 minutos de cortar el césped, ó 15 minutos de trote, o 45 minutos de voley son de fácil realización.

El objeto de este trabajo es promover la actividad física moderada en la población adulta y joven.
La actividad física es un factor más que incide sobre la salud. La nutrición es otro.

Veremos en los distintos capítulos, el efecto de la actividad física sobre la salud, y sus mecanismos fisiológicos; la influencia sobre el riesgo cardiovascular y otras enfermedades; tendencias de actividades físicas populares; y políticas para incrementar la actividad física en la población.

"Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él" (Prov. 23:7)

Conclusiones:
Gente de todas las edades y ambos sexos se benefician con actividad física regular.

Con una actividad física moderada, se obtienen importantes beneficios, si se realizan durante varios o mejor todos los días de la semana.
Gente que realiza actividad física moderada, en forma regular, obtiene mayores beneficios que aquellas que practican ejercicios de gran intensidad.
La actividad física disminuye la mortalidad general, las enfermedades coronarias, la hipertensión arterial, el cáncer de colon, la diabetes, mejora la salud mental y favorece el aparato locomotor.

Más del 60 % de los adultos no realiza actividad física en forma regular, y el 25 % no realiza nada de actividad física.
Cerca de la mitad de los jóvenes de 12 a 21 años no realiza actividad física, y ésta disminuye especialmente durante la adolescencia.
La adherencia de los estudiantes a las clases de actividad física declina cada vez más.
Comprender y promocionar la actividad física es un primer paso. Pero debemos evaluar otros métodos que promuevan la actividad física en las escuelas, lugares de trabajo, etc., para que el objetivo sea exitoso.

Resumen:
Durante los años '70, distintas organizaciones (American College of Sport Medicine, y American Heart Association), recomendaban la actividad física vigorosa que involucraba grandes grupos musculares, durante por lo menos 20 minutos, durante 3 ó más veces por semana.
A través del tiempo se recomendó ejercicio regular, de moderada intensidad, como opción para la población más pasiva.

En 1995 "Dietary Guidelines for Americans" recomendó, para mantener un peso saludable, 30 minutos de actividad física por 3 ó más veces por semana.
La respuesta fisiológica del ejercicio afecta los sistemas músculo-esquelético, cardiovascular, respiratorio y endocrino. También parecería reducir la depresión y la ansiedad, y mejorar el humor para resolver lo cotidiano.

Los riesgos de la actividad física son generalmente músculo-esqueléticos y por realizar excesiva actividad física o no entrar bien en calor. Los infartos agudos de miocardio o muerte súbita en el deporte, son más raros y ocurren generalmente cuando quien realiza la actividad física es gente pasiva y sin una regulación progresiva.

Es mayor el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en aquellos que no practican deporte.
Este trabajo deberá ser ampliado para verificar la relación entre las distintas características que puede presentar la actividad física: cantidad, intensidad, duración, frecuencia y tipo, en relación a la salud o prevención de enfermedades.

Nuestra sorpresa fue encontrar tres estudios que demuestran que los efectos beneficiosos sobre el aparato cardiorrespiratorio son similares cuando la actividad física se produce en varias sesiones cortas (por ejemplo de 10 minutos), como en pocas sesiones más largas (por ejemplo, de 30 minutos), siendo igual la cantidad de minutos totales.

De lo que no se puede dudar, es que en aquellos que no realizan actividad física por 30 minutos, episodios más cortos es mejor que nada.

Un estudio demostró una mayor adherencia a los programas de caminatas de más veces en el día, que caminar todo ese mismo tiempo en una sola vez diaria.
Es decir que las actividades en el día son acumulativas, y esto ha sido recomendado recientemente por la American College of Sport Medicine y Center of Disease Control and
Prevention.

Muchos adhieren a actividades de gran intensidad, pero no lo sostienen en el tiempo. Es por esto que es tan importante estudiar los efectos de la actividad física sobre la salud, como la manera de que la gente mantenga este hábito, y cómo promoverlo en la escuela, oficina y lugares de trabajo.
El lugar más efectivo para comenzar es la escuela, ya que allí se puede enseñar que la actividad física puede ser disfrutada a lo largo de la vida.

1 Corintios 10: 31 "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios"

Marcos 3:15
y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios:




Actividades Físicas Recomendadas



Actividades Físicas Recomendadas: Las variables son el tipo, la frecuencia, intensidad y duración de la actividad.
Las recomendadas son caminata, trote, ciclismo, natación, etc... Ésta también incluye adoptar una actitud más activa en lo cotidiano.

Zacarías 8:5
Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas.

Ejemplo: caminar más rápidamente, subir escaleras (en vez de ascensor), realizar los quehaceres domésticos y utilizar el tiempo libre con actividad física recreativa.



Las recomendaciones recientes son muy puntuales:
Realizar actividad física de intensidad moderada, por los menos 30 minutos, en lo posible todos los días de la semana.
Los beneficios que trae la actividad física pueden acrecentarse si se aumenta el tiempo de la actividad física moderada, o si se reemplaza por actividad física más vigorosa. Personas con enfermedades crónicas (cardio-vascular, diabetes, etc.), deben ser evaluadas por profesionales, previamente a realizar actividad física, y ser provistos de un programa apropiado a su estado clínico.

Nehemías 6:9
Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos.

Los hombres de más de 40 años, mujeres mayores de 50 años y la gente con alto riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular, deben también consultar a su médico para comenzar un programa de actividad física vigorosa al que no están acostumbrados.
Los ejercicios de fuerza muscular de los grandes grupos musculares, deberán ser realizados en 1 ó 2 series de 8-12 repeticiones, por lo menos 2 veces por semana para producir beneficios músculo-esqueléticos.


Calidad de vida:


Génesis 47:6
La tierra de Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos por mayorales del ganado mío.

Desde el momento en el que se reconoce que salud no se define simplemente como ausencia de enfermedad, sino como un óptimo estado físico, mental y social; surge la necesidad de estudiar la calidad de vida de las personas.

El "día a día" de la vida incluye una visión multidimensional: cognitiva, social, emocional, productiva,
etc.. (los afectos, la autoestima, la autorrealización ,etc.).

Todas éstas áreas se benefician cuando se realiza actividad física regular independientemente de los beneficios cardiorrespiratorios (Mc Auley, 1995).

Sin embargo el hecho de que los sedentarios tienen más riesgo de padecer ciertas enfermedades, la calidad de vida se ve afectada consecuentemente.


Salud Mental y Ejercicio


Hace mucho tiempo tenemos conocimiento de los beneficios que reporta el ejercicio físico para la salud, pero es sólo en estos últimos años en que esta certeza histórica se ha empezado a considerar como un elemento esencial de la promoción, el mantenimiento y la mejoría de la salud de los individuos.

La actividad física es fundamental para el mantenimiento de las condiciones de salud de todos los seres vivos. Ella se sustenta fundamentalmente en el sistema muscular, que es quien se encarga del movimiento. Este tiene que ver con la supervivencia individual y la conservación de la especie. Actividades como la búsqueda del alimento, la huida del peligro, la procreación, la socialización son la expresión de esas funciones. Si la actividad física es modificada, aumentándola, en términos generales el organismo tiende a beneficiarse, pero si ella es disminuida, voluntaria o involuntariamente, aquel se afecta en mayor o menor medida, dependiendo de la duración que tenga el periodo de sedentario.

Es sabido que uno de los cambios en el estilo de vida de la sociedad contemporánea, está ligado a la disminución del gasto energético, debido a la automatización del trabajo, a la motorización del transporte y al aumento de las actividades sedentarias. La actividad física es uno de los componentes esenciales del estilo de vida. El sedentarismo es la tónica, tanto en los países industrializados como en el nuestro. Son múltiples las investigaciones que demuestran la correlación positiva entre la actividad física y el bienestar físico y mental, así como en el incremento de la esperanza de vida.

Según Aurora Bueno (1996) “La realización de ejercicio físico está inversamente relacionado con la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y con la mortalidad general... Por el contrario, la inactividad física ha sido asociada con diversas enfermedades crónicas; las personas que llevan una vida sedentaria presentan enfermedad coronaria con una frecuencia dos veces mayor que las personas físicamente activas, la frecuencia de la hipertensión aumenta entre un 35% a un 52%, e igualmente se ha descrito mayor riesgo de enfermedades digestivas, respiratorias, osteomusculares, fundamentalmente osteoporosis, aumento de resistencia a la insulina y de diabetes mellitus no insulinodependiente, y mayor incidencia de cáncer de colon y mama”.

Franchek Drobnic abunda en lo mismo en una comunicación reciente (Boletín FEMEDE, 1999) asegurando que “Se ha observado que los niveles altos de forma física disminuyen la mortalidad general ajustada por edad, es decir, que la buena forma física podría retrasar la mortalidad por todas las causas, disminuyendo especialmente las tasas de mortalidad por enfermedad cardiovascular y cáncer además de mejorar la calidad de vida de muchos pacientes con enfermedades crónicas tales como el asma, la fibrosis quística o las enfermedades crónicas con obstrucción del flujo aéreo”.

Pero determinar exactamente en qué medida el ejercicio físico contribuye a la salud, es bastante difícil. Sabemos que las personas que realizan actividad física habitual, son las que se encuentran en mejor estado físico, consumen menos alcohol, tabaco y otras sustancias sicoactivas, llevan una dieta más sana y tienen menores índices de prevalencia de obesidad. Todo ello, según la misma Aurora Bueno, contribuye a mantener la forma física, y ésta, a su vez, está estrechamente ligada a la realización de ejercicio. “Pero la forma física puede explicar mejor la realización de un ejercicio intenso que de un ejercicio moderado, y ambos se asocian con menor riesgo de muerte y mejores resultados en los indicadores positivos de salud”.

El ejercicio físico produce en todos los sistemas corporales muy diversos efectos, que están relacionados con el tipo, la intensidad y la duración del esfuerzo. A su vez, el sedentarismo y ciertas costumbres contemporáneas, afectan negativamente la salud de las personas.

Diversos autores señalan los beneficios del ejercicio físico: Aumenta el gasto cardíaco, la pérdida de grasa corporal, la masa corporal magra, la capacidad aeróbica, la HDL, el colesterol, la sensibilidad a la insulina, la lipólisis y la sensación de bienestar. Disminuye la presión arterial, los triglicéridos, la LDL, el colesterol y el estrés. Según González G. (1992) en una completa revisión sobre los beneficios sicológicos derivados de la actividad física, esta mejora: el rendimiento académico, la personalidad, la confianza, la estabilidad emocional, la memoria, la independencia, la percepción, la imagen positiva del propio cuerpo, la satisfacción sexual, el bienestar, la eficiencia en el trabajo, la popularidad y disminuye el ausentismo laboral, la confusión, la cólera, la depresión, la cefalalgia, las fobias, la conducta sicótica, la tensión emocional y los errores laborales.

En un estudio epidemiológico llevado a cabo en Estados Unidos y Canadá sobre cuatro grandes bases de datos, se llegó a la conclusión de que el nivel de forma física de los ciudadanos se correlaciona muy bien con su salud mental.

Un grupo de expertos convocados por la Oficina de Prevención del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, concluyó que la forma física se halla asociada positivamente a la salud y al bienestar social, que la ansiedad y la depresión son signos y síntomas que se asocian frecuentemente al estrés mental, los cuales disminuyen moderadamente con el ejercicio, que la actividad física prolongada reduce los rasgos neuróticos y ansiosos, que la actividad física llevada a cabo de manera adecuada, mejora algunos de los componentes del estrés como la tensión muscular, el pulso basal y el funcionamiento hormonal, que el ejercicio posee un efecto positivo sobre las emociones en ambos sexos y en todas las edades. Según Daniel Levesque (1992) los beneficios del entrenamiento aeróbico son múltiples y de diversa índole, fisiológicos, sicológicos y sociales.

Dentro de ellos destacaríamos: aumento de los músculos respiratorios, de la ventilación pulmonar y de la potencia de la misma, disminución de la frecuencia respiratoria; desarrollo del miocardio, aumento del volumen cardíaco y de la vascularización del corazón, disminución de la frecuencia cardíaca en reposo y durante el esfuerzo, aumento del gasto cardíaco; descenso de la presión arterial; aumento del volumen total de sangre, la hemoglobina, el hematocrito y la capacidad aeróbica de los músculos. Así mismo, mejora la capacidad participativa y de compartir, la sensación de bienestar, mejora el aspecto corporal, la explotación de los recursos del cuerpo, la sensación de realización como persona, el desafío personal, reduce la tensión del estrés, da sensación de relax, mejora la calidad del sueño y del reposo, es un medio de regeneración y liberación de energía, permite reflexionar sobre los problemas y resolverlos, mejorar el humor, controlar el peso y competir sanamente.

(Rom. 12:1)
"Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo,
agradable a Dios, que es vuestro culto racional"

(3 Juan 2)
"Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las
cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma"

(Sal. 23: 2),
"junto a aguas de reposo"


Dado todo lo anterior, el ejercicio físico viene a constituirse entonces en un elemento importante del estilo de vida, que coadyuva a afrontar de manera más adecuada y útil la compleja problemática vital de los tiempos postmodernos, especialmente en este país nuestro tan aquejado de problemas y violencia.

Rubén Méndez


Las tareas del hogar también fortalecen nuestra salud mental
2 Crónicas 29:15
“Estos reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová, para limpiar la casa de Jehová.”


Sudar la gota gorda en las tareas del hogar no sólo hará brillar sus pisos sino que también le ayudará a mejorar su salud mental, según sugiere un estudio llevado a cabo por investigadores británicos.



Con tan sólo 20 minutos de ejercicio a la semana, desde correr hasta limpiar la casa, se puede lograr un impacto positivo contra la depresión, asegura el estudio realizado por la Revista Británica de Medicina Deportiva.

Y el efecto será mayor cuanto más vigorosa y frecuente sea la actividad.
Los investigadores de la Universidad College de Londres analizaron una encuesta sobre ejercicio semanal y estado mental en la que participaron más de 20.000 personas.

Nada de limpiar por encima
En la Encuesta de Salud Escocesa cerca de 3.000 personas admitieron sentir estrés o ansiedad. Pero los investigadores descubrieron que cuanto más activos eran los encuestados, menos probabilidades tenían de sufrir alguno de estos males.

Así, según se desprende de los resultados del estudio, hacer deporte una vez a la semana reduciría el riesgo de padecer un ataque de ansiedad en un 33%, mientras que llevar a cabo las tareas del hogar podría reducir este riesgo en un 20%.
Pero el estudio hace hincapié en que no se trata de un ejercicio ligero, como la caminata diaria a la estación de autobús o pasar ligeramente un paño por los muebles para limpiar el polvo.

El ejercicio debe ser constante y provocar agitación física.
La actividad debe durar al menos 20 minutos e inducir a la agitación física.

Una de las teorías sobre por qué la actividad física puede mejorar la salud mental sugiere que ésta frena algunos de los riesgos biológicos asociados a la depresión, como la intolerancia a la glucosa, la inflamación y los problemas cardiovasculares.

Sin embargo, los investigadores admitieron que no fueron capaces de determinar cuál es la naturaleza de la relación entre ejercicio y depresión, y que aquellos que la sufren seguramente no sentirán motivación para realizar ejercicio.
"Muchos estudios sugieren los varios beneficios para la salud mental que se producen con el ejercicio, y por primera vez hemos sido capaces de cuantificar la cantidad de actividad que marca la diferencia", explicó Mark Hamer de la Universidad College de Londres.

"Pero es como el huevo y la gallina, ya que quienes sufren de ansiedad o estrés de entrada se van a sentir menos inclinados a realizar una actividad física", comentó Hamer.
Útil pero con cautela - No todos están totalmente de acuerdo con las conclusiones que arrojó este estudio.

Una persona puede ir a un gimnasio a realizar actividad física y salir muy deteriorado al comprobar que no es capaz de conseguir lo que quiere - Fernando Gimeno Marco, Universidad de Zaragoza

El psicólogo español Fernando Gimeno Marco, profesor de Psicología del Deporte en la Universidad de Zaragoza, cree que la actividad física es beneficiosa para los problemas mentales, pero como una acción incorporada a un tratamiento psicológico.

"El ejercicio tiene una conexión con la salud física y psicológica, pero no es una relación de causa y efecto", le dijo Gimeno a BBC Ciencia.

"Veinte minutos de actividad física no van a permitir que una persona salga de una depresión, pero en muchísimos casos se va a beneficiar enormemente si incorpora en su esquema de vida la práctica regular de actividad física y deporte bien conducida y dirigida".

Gimeno Marco incluso señala que en algunos casos esa actividad física mal practicada puede llevar a frustraciones o a la propia depresión, por eso recomienda cautela.
"Una persona puede ir a un gimnasio a realizar actividad física y salir muy deteriorada al comprobar que no es capaz de conseguir lo que quiere y que en las relaciones con los demás no se siente aceptada", explica el especialista.

"Siempre que la actividad física permita que una persona se dé cuenta de que es capaz por sí misma de hacer algo útil, importante y beneficioso para sí misma y para los demás, esa conexión va a ser tremendamente positiva para salir de una depresión", concluye.

Artículo Original de news.bbc.


Génesis 7:1
[El diluvio] Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.







La actividad física reduce un 25% el riesgo de sufrir enfermedades mentales

Es un antídoto contra la depresión, la ansiedad o el trastorno bipolar • Así se desprende de un estudio de la Universidad de Navarra • Las más sedentarias son las mujeres casadas y fumadoras.


La actividad física reduce un 25% el riesgo de sufrir enfermedades mentales frecuentes como la depresión, ansiedad, estrés o trastorno bipolar. Así se desprende de un estudio realizado entre 10.381 universitarios españoles de la Universidad de Navarra, la Harvard School of Public Health y las universidades de Las Palmas de Gran Canaria,
Zaragoza y la Pública de Navarra.

El director del trabajo y profesor del departamento de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, Miguel Ángel Martínez González, ha explicado que "quienes acumulaban el equivalente de al menos 2 horas y media a la semana de actividades como correr o jugar a fútbol o tenis presentaban un 25% menos de riesgo de desarrollar alguno de esos trastornos".

Asimismo, el estudio refleja que los sujetos con niveles más altos de sedentarismo incrementan en un 31% la probabilidad de padecer estos problemas, en comparación con los individuos más activos. Durante el seguimiento daban entre las mujeres casadas y fumadoras.

Tan eficaz como la medicación
"Un estilo de vida más activo y menos sedentario contribuye a aliviar los síntomas de las perturbaciones anímicas", según Martínez. "De acuerdo con ensayos clínicos, una vez que se logra el suficiente nivel de actividad, las tasas de remisión pueden compararse a otros tratamientos contra la depresión como la medicación o la terapia cognitiva del comportamiento", añadió.








"la cantidad de ejercicio, más que la frecuencia, parece ser un determinante más
fuerte del efecto terapéutico en los problemas mentales". Rubén Méndez


¿La Depresión es una Característica de las Mujeres?

Salmos 7:9
Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo; Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón.

Los trastornos mentales son una realidad patente en las sociedades contemporáneas. La depresión, ansiedad, antisocialidad entre otras muchas conductas irregulares proliferan por todas partes en todos los ambientes socioculturales. Lo curioso de esto es que estos trastornos no se presentan en la misma forma en hombres y mujeres, sino que presentan variaciones por género.

María Angustias Oliveras, Jefa del servicio de Psiquiatría del Hospital Sant Joan d’Alacant, ha indicado que las mujeres suelen ser propensas a sufrir trastornos como la ansiedad y la depresión, mientras que los hombres son proclives a las conductas antisociales y al consumo de drogas.

Jeremías 17:10
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Además la experta diagnosticó que estos trastornos se dan en diferentes proporciones entre los hombres y las mujeres. Mientras que en los primeros estas enfermedades se dan entre un 8 y un 21 por ciento, en las mujeres los trastornos se presentan con mayor proporción, siendo ésta de entre un 20 y un 34 por ciento.

Tito 1:15
Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.

Estas diferencias en las proporciones por género responden a las realidades que viven las mujeres en el día de hoy. Es una



realidad que las mujeres sufren presiones muy diversas en la vida cotidiana de hoy en día. Los embarazos, los múltiples trabajos y la ocupación de las tareas del hogar tienden a que la vida de la mujer no sea muy fácil. Sin mencionar, por supuesto, las situaciones en las que se vive la violencia de género.

Las causas de la aparición de estos fenómenos son, como puede adivinarse, diversas. Es cierto que existen ciertos patrones biológicos en cada uno de los dos géneros que condicionan la aparición de estos trastornos, pero lo que más influye en ellos es la realidad sociocultural.
Es importante cambiar los hábitos y la estructura de vida cotidiana para evitar el padecimiento de estos problemas. Una vida plagada de estrés y obligaciones es condición segura para que estos problemas de salud mental se manifiesten en su plenitud. Salgan a divertirse, interactúen con otras personas, tengan ratos libres, mediten, acumulen experiencias familiares o inventen otras estrategias. Sólo nosotros mismos podemos preocuparnos por nuestra salud mental.

Marcos 12:30
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

Lucas 8:1-3
1 Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, 2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes


Éxodo 33:14
Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.



Combatir la Depresión con Ejercicio

Salmos 38
6 Me siento cansado, y totalmente deprimido; todo el día ando muy triste. 7 Estoy ardiendo en fiebre; nada en mi cuerpo está sano. 8 Estoy muy débil y adolorido; tengo la mente aturdida. ¡Por eso me quejo!



Cuando uno se encuentra deprimido o un poco triste de más, lo más adecuado es plantearse cortar con la chatura y salir del pozo. Estos estados mentales no son fáciles de combatir, pero a decir verdad el único que puede salir de ellos es uno mismo, y la voluntad para hacerlo está, sólo hay que saber encontrarla.
Una de las estrategias más recomendables para poder cortar con estos períodos de tristeza y desazón está vinculada al estar activo, desde luego. Me refiero a hacer ejercicio, un lugar común dentro de situaciones anímicas perjudiciales e indeseables.
Y esto es así a tal punto que las recomendaciones de los médicos a sus pacientes para que hagan actividad física son cada vez mayores. Esto muestra que la costumbre de recetar medicamentos (psicofármacos) para personas deprimidas se está eliminando, y que la medicina se está centrando en estrategias más sencillas y para nada perjudiciales (sin efectos secundarios), muchas de ellas asociadas al deporte, tal como vemos.

Incluso la Fundación de Salud Mental Británica encuestó a doscientos profesionales médicos, y las conclusiones a las que llegó son bastante contundentes. Un 22% de los médicos consultados recomienda a sus pacientes la práctica de actividad física para eliminar el estado de depresión.

Esto muestra que el creciente interés por parte de la medicina en el ejercicio físico como medio para eliminar la depresión es un hecho, y que verdaderamente esta es una solución válida para eliminar esta clase de problemas.




Ejercicio Cura las Emociones

1 Corintios 3: 16, 17,
declara lo siguiente: "¿No sabéis que sois templo de Dios? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es".


Está demostrado: el ejercicio físico es un arma eficaz para combatir los trastornos emocionales. Cualquiera que sea tu problema, hay una actividad física o una disciplina cuerpo mente que puede ayudarte a sentirte mejor. ¿Quieres saber cuál?


El ejercicio no sólo es una potente arma curativa y preventiva contra los problemas de estrés, ansiedad o tristeza; también es la medicina más barata, inocua y placentera. Quieras o no, y aunque te parezca imposible que ir a una clase de yoga pueda hacer que dejes de llorar, es cierto. Aunque te resistas a pensar que estando tan cansada, ir a cansarte más te puede hacer bien y te devolverá la energía, también es cierto. Aunque te resulte imposible creer que seguir una clase de fitness puede mitigar los efectos de una depresión, también es cierto.

¿Cuál es la explicación de este extraordinario fenómeno? Principalmente, que la realización de cualquier tipo de actividad física, ya sea de bajo o alto impacto, nos hace producir endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad. Estas sustancias actúan directamente sobre el cerebro produciendo una sensación de bienestar y relajación inmediata.

Génesis 24:49
Ahora, pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo; y me iré a la diestra o a la siniestra.

Pero hay más razones, como el hecho de poder descargar adrenalina y energías, algo que le conviene mucho a las personas que padecen estrés. O como el hecho de dejar de pensar durante una hora al menos en aquello que nos preocupa o nos entristece. O como el hecho de poder cambiar nuestra apariencia física o adelgazar, algo que a todo nos hace sentir mejor. O como el hecho de desbloquear nuestros músculos y nuestra mente y ayudar al cuerpo a volver a producir energía. O como el hecho de cansarnos físicamente y adquirir una pequeña rutina que ordene nuestra vida, lo que beneficia mucho a quienes duermen mal o se encuentran perdidos.

Sin olvidar que salir de casa para relacionarse con otras personas puede ayudar mucho a quienes se sienten solos.

Estas son razones que aúnan fundamentos médicos y sentido común. Pero te damos motivos científicos para decidirte a hacer ejercicio si padeces algún trastorno o problema emocional. Puede cambiar tu vida como el yoga se la cambió a modelos como Cristi Turlington o el Pilates a Chalize Theron, que incluso pudo dejar de fumar.Para ayudarte a elegir la actividad que más te conviene, te hemos preparado una pequeña guía.

Lo ideal para una persona muy estresada es combinar una actividad aeróbica en la que pueda descargar energías.



¿Te paralizan el estrés y ansiedad?
Dificultad para respirar, mareos, cansancio crónico, problemas digestivos, defensas bajas, cambios de humor, malestar general, incapacidad para relajarte... ¿tienes estos síntomas? Además de bajar tu ritmo diario y acudir a tu médico de cabecera, te ayudará mucho practicar una actividad física. Aunque efectivos, la psicoterapia supone un largo tratamiento y los psicotrópicos pueden tener efectos secundarios desagradables, por lo que los propios especialistas recomiendan el ejercicio físico y las técnicas de relajación como tratamiento del estrés y la ansiedad.

¿Qué ejercicio me conviene? Lo ideal para una persona muy estresada es combinar una actividad aeróbica en la que pueda descargar energías (spinning, boxing, jogging, padel), con una relajante que le ayude a calmarse (tai chi, body balance, natación). Si tu problema es la ansiedad, te conviene una actividad suave que te enseñe a relajarte y a controlar la respiración.
Nuestra recomendación. El aquaspinning para descargar energías en la bici dentro de la piscina y el Tai chi. ¿Estás cansada y sin energía?

El cansancio crónico es un problema que afecta a gran cantidad de mujeres.

En su origen confluyen tanto factores físicos como psicológicos: agotamiento por las largas jornadas de trabajo, estrés, tristeza, insatisfacción e incluso depresión. El resultado es una falta de energía que hace que nuestro ánimo esté bajo mínimos. Las personas que se encuentran en esta situación siempre quieren remediarlo descansando o durmiendo, pero en la mayoría de los casos la solución pasa por todo lo contrario: moverse, activarse, despertar el cuerpo y la mente.
Y para ello nada mejor que una “gimnasia dulce”.
¿Qué ejercicio me conviene? Lo ideal para las personas cansadas y sin energía es empezar a activarse poco a poco con una actividad suave, tipo cuerpo mente. Hacer aeróbic, correr o hacer una actividad intensa puede ser contraproducente porque el esfuerzo será demasiado y el abandono casi inmediato. Sin embargo, una clase de tai chi, de estiramientos, yoga o cualquier actividad en el agua no requiere grandes energías físicas y nos activa desde la primera sesión.

Nuestra recomendación. Las clases de tai chi movilizan de una forma suave todos los músculos del cuerpo. Si lo combinas con sesiones de tui na un masaje tradicional chino indicado especialmente para el tono vital bajo, recuperarás pronto las energías perdidas.
¿Has caído en una depresión?

Ester 9:22
como días en que los judíos tuvieron paz de sus enemigos, y como el mes que de tristeza se les cambió en alegría, y de luto en día bueno; que los hiciesen días de banquete y de gozo, y para enviar porciones cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres.

Isaías 35:10
Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.

Los especialistas cada vez son más proclives a recomendar la práctica de ejercicio físico como parte del tratamiento a las personas con depresión. La causa es, como hemos explicado antes, que el ejercicio físico nos hace producir endorfinas y serotonina, justamente lo que potencian los antidepresivos. Para una persona con personalidad depresiva o una depresión diagnosticada la práctica habitual de ejercicio es un arma para mitigar los síntomas. También ayuda a mejorar la situación de los pacientes con un problema depresivo por el efecto positivo que tiene sobre su aspecto, ya que las personas deprimidas suelen abandonarse físicamente, lo que incrementa el abatimiento.

¿Qué ejercicio me conviene? Cualquier actividad física es beneficiosa para una persona deprimida, especialmente aquellas que supongan una descarga física, impliquen concentración y entretengan. También es importante no hacer deporte solo, ya que socializar con otras personas es fundamental para la gente con depresión. Lo más recomendable son las clases colectivas en los gimnasios, la práctica de deportes en grupo o en pareja.

Nuestra recomendación: Clases de fitness, de body combat, de spinning o de body balance, de tenis, pádel y deportes al aire libre en los que se socialice, como el golf o el esquí.
¿Te sientes con la autoestima baja?

El ejercicio físico, como un hábito constante en tu vida, será tu mejor tratamiento de belleza. Te ayudará a adelgazar y a mantener siempre tu peso, te hará tener un aspecto más esbelto y saludable, hará que tu piel esté más luminosa y tu cuerpo más duro y torneado. También es una importante medicina antienvejecimiento, ya que si haces deporte siempre aparentarás menos años de los que tienes y combatirás la flaccidez de forma más eficaz que cualquier tratamiento de estética. La liberación de endorfinas sumada a la mejora del aspecto físico y la sensación de sentirse mejor, repercuten desde el primer día en una mejora de la autoestima.

¿Qué ejercicio me conviene? Lo ideal es una combinación de ejercicio cardiovascular, de tonificación, estiramientos y relajación. Para cuidar el peso y mantener el corazón en forma asegúrate al menos dos sesiones de alguna actividad aeróbica (correr, caminar, bailar, hacer fitness, jugar al pádel, etc.) con otras dos de tonificación (una tabla de máquinas en el gimnasio, una clase de gap o body pump) y una o dos sesiones de una disciplina cuerpo mente, que además tonifican (Pilates, yoga, body balance, stretching).

Nuestra recomendación: Si tienes un problema de autoestima, apúntate a clases de danza del vientre, te harán sentir súper femenina. Si quieres mejorar tu aspecto general y relajarte de un forma suave prueba el body balance.

Romanos 15:2;14
2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
14 Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros.
Demostrado científicamente
Numerosos estudios señalan que entre los numerosos beneficios que tiene el ejercicio físico está ayudar a las personas con depresión. Un nuevo informe de la Escuela Médica de Harvard, en Boston, demuestra que hacer alguna actividad física:

1) mejora la imagen personal,
2) sirve como distracción a los problemas diarios y
3) mejora las relaciones sociales cuando se trata de ejercicio en grupo.
4) Además, hacer una actividad física mejora la autoconfianza de una persona con depresión porque le permite alcanzar pequeñas metas metas.
5) Pero, sobre todo, mejora su estado de ánimo porque pone en circulación por su cuerpo endorfinas y otras hormonas del bienestar como la serotonina y la norepinefrina. En el informe señalan, sin embargo, que estos beneficios son sobre todo físicos, por lo que si existe un problema grave de depresión o ansiedad, debe complementarse con el tratamiento médico o psicológico. Pero tratándose de un problema leve, realizar una actividad cuerpo-mente puede ayudarnos a encontrar el equilibrio y a mejorar nuestra capacidad de autocontrol y concentración.

Este estudio también señala algo muy importante: el carácter preventivo del ejercicio, ya que quienes lo practican habitualmente tienen menos problemas de ansiedad o estrés, mientras que las personas con personalidades depresivas tienden a ser más sedentarias.

Los investigadores de Harvard terminan su informe recomendando a las personas que padecen depresión la práctica de alguna actividad física. Pero se aconseja empezar de forma suave o practicar alguna “gimnasia dulce”, ya que el ejercicio no tiene por qué ser extenuante para ser efectivo.



¿Qué ejercicio me conviene?

10 ejercicios fáciles para desestresarte
Deuteronomio 1:11-13
11 !Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido! 12 ¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos? 13 Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes.

Te duele la espalda, te sientes rígida, te escuecen los ojos, sientes pinchazos en el estómago y te está empezando a entrar ansiedad. ¡Stop! Haciendo estos ejercicios conseguirás relajarte en unos minutos y continuar con tu ritmo de vida.


Llevas cinco o seis horas trabajando sin darte un respiro, o recogiendo la casa y preparando la cena para los niños, o te encuentras cansada y dolorida después de la jornada de trabajo. No esperes a que el estrés te altere los nervios o te haga caer enferma. Cada vez que te sientas tensa para y haz alguno de los ejercicios de emergencia que te proponemos:
1. Desperézate como un gato ¿Has visto cómo se estiran los animales después de dormir o estar mucho tiempo tumbados en la misma postura? Haz tú lo mismo. Sentada y luego de pie, estira brazos y piernas como cuando te levantas de la cama. Después sacude uno por uno cada brazo y pierna como si quisieras sacar la tensión de ellos. Finalmente, sigue con tu actividad intentando estar más erguida, con los hombros hacia atrás, la cabeza arriba y la guata dentro.

2. Haz 5 minutos de estiramientos ¿Te duele todo y estás nerviosa y cansada? Para solamente durante cinco minutos para hacer unos estiramientos de cabeza, brazos, espalda y piernas. Cierra los ojos mientras los haces, respira antes de realizar el movimiento y suelta el aire al estirar. Si estás en casa, ponte a cuatro patitas, pasa un brazo por debajo del otro y apoya el hombro y la cabeza; repite con el otro. Luego ponte en la posición de Alá, con los brazos estirados y la frente apoyada. Para terminar, túmbate boca arriba, cierra los ojos y piensa en algo agradable.

3. Da un paseo de 15 minutos El cenicero lleno de cigarrillos, los ojos irritados de mirar al computador, muchos
problemas en la cabeza... Lo mejor es salir a tomar el aire. Aprovecha la hora de la comida o la salida del trabajo para caminar tranquilamente durante al menos 15 minutos. Al desentumecer el cuerpo y respirar aire renovado enseguida te
sentirás mejor. Cuando regreses a casa o al trabajo, abre una ventana si el ambiente sigue estando cargado.

4. Sube escaleras ¿Estás enfadada o sientes que si no descargas energía vas a explotar? Nada más fácil que cansarte un poco haciendo algo de ejercicio. ¿Cómo? Subiendo las escaleras que se te pongan por delante. En el trabajo, si hay varios piso s, súbelas y bájalas un par de veces. Al terminar tu jornada, busca alguna escalera que te pueda servir para desahogarte. Si estás en casa, salte a la escalera y cánsate un poquito subiendo y bajando.

5. Nadar en el sitio ¿Nadar te relaja y te alivia el dolor de espaldas? No hace falta que vayas corriendo a una piscina. Ponte de pie e imita el movimiento de nadar de espaldas o de pecho. Después de dar unas cuantas brazadas cierra los

puños y has círculos más intensos con los hombros, hacia delante y hacia atrás. Te sorprenderá lo bien que te sentirás.

6. Medita durante 5 minutos Cuando no puedas soportar más las presiones externas, desconecta tu mente. Si estás en el trabajo, conecta unos parlantes al computador, pon música suave y deja la pantalla en negro. En casa haz lo mismo y siéntate con las piernas cruzadas o túmbate en algún lugar cómodo. Primero, simplemente respira profundamente. Después, intenta dejar la mente en blanco o pensar en algo agradable. El movimiento de las olas o en el sonido del agua corriendo resulta muy relajantes.

7. Echa una cabezadita Tumbarse solamente 15 minutos nos puede ayudar a sentirnos totalmente en forma. Lo importante es que no te duermas demasiado tiempo, ya que las siestas largas te dejan después atontada. En el trabajo, si nadie te ve, recuéstate sobre la mesa de trabajo y cierra los ojos... pero conecta la alarma del celular por si acaso.

Génesis 49:15
Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para llevar, Y sirvió en tributo.

8. Practica yoga o tai chi Si conoces alguna de estas disciplinas orientales, no dudes en ponerlas en práctica tú sola cuando te sientas estresada. Practica algunos de los movimientos que conoces, aunque sean de iniciación, eso distraerá tu mente y despertará tu cuerpo. Si haces alguna otra actividad en un gimnasio o con un entrenador personal, imita alguno de los ejercicios o estiramientos que haces habitualmente en clase y que te hacen sentir bien.

9. Salta a la cuerda Ésta es una solución de emergencia para grandes sobrecargas de tensión. Si eres muy nerviosa y de vez en cuando necesitas descargar adrenalina, utiliza una comba cuando no tengas tiempo de hacer ejercicio. Saltar durante 15 minutos supone poner en movimiento todo tu cuerpo de forma intensiva. Sin olvidar la cantidad de calorías que se queman saltando y la tonificación que experimentan tus músculos. Por algo es el entrenamiento que emplean los boxeadores. Después de saltar te sentirás cansada, pero también relajada y mucho más ágil.

10. Utiliza pelotas o juguetes desestresantes Apretar algo entre las manos como si quisieras romperlo es una reacción muy típica cuando estamos nerviosos. Haz lo mismo pero con una pelotita o un animalito de goma. Si imaginas que estás apretujando a tu jefe, tu pareja o la persona que te estresa, te sentirás mucho mejor. Además, si tienes problemas de articulaciones o circulación, hacer estos ejercicios con las manos te ayudará a mejorarlos.







Para ejercicios de abdominales más fáciles
1 Tesalonicenses 2:7
Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos.


Puedes hacer tus ejercicios más efectivos usando esta maniobra de contracción mientras los haces. “Enfócate en contraer la porción de tus abdominales debajo del ombligo” dice Rodney Corn, entrenador físico. No confundas esto con la forma con la que normalmente sumes el estómago. Es más abajo y más difícil que eso.

Contraer los bajos abdominales activa los músculos que están conectados con la columna. Esto hace que tu zona central (tus estructuras abdominales y espinales) sea más estable. “Cuando el cerebro capta que la zona central de tu cuerpo es estable, permite un uso óptimo de los músculos que están asociados con producir el movimiento” dice Corn. Así, las lagartijas y los ejercicios de abdominales pueden ser hechos más efectivamente para trabajar los músculos deseados, y reduces a la vez el riesgo de cualquier daño.

Échate boca arriba y pon tus manos justo debajo de tu ombligo. Empuja tu estómago hacia afuera tanto como puedas, luego contráelo ligeramente y mantenlo así entre 5 a 10 segundos o tanto como puedas. Repite unas cuantas veces hasta que le cojas el truco. Luego hazlo antes y durante todos tus ejercicios.


Pilates
Los ocho principios básicos de la técnica Pilates son:
Movimiento • centrar • respirar • rutina • concentración
Precisión • control • flotación

Este método no agresivo de gimansia, creado por Joseph Pilates hace varios años, ha ganado adeptos en todo el mundo. En pocos meses de iniciar la actividad los cambios físicos son notables. En esta nota algunos ejercicios básicos.

El pilates puede realizarse tanto en unas camillas especiales como sobre el piso sin ningún tipo de elemento especial. Es una actividad de tipo anaeróbica que no requiere fuertes entrenamientos especiales. Sus principios básicos son la respiración; la concentración, ya que cuanto más concentrados estamos en el músculo que se desea trabajar más provechoso es el trabajo; la precisión en las posiciones; la soltura en los movimientos, el control; la alineación y la fluidez. Cuando se practica siempre es aconsejable estar acompañado de un entrenador profesional.

Ejercicios de pilates::
El pilates cuenta con gran cantidad de movimientos diferentes cuyo objetivo holístico plantea el trabajo simultáneo del cuerpo, la respiración y la mente. Para algunos de ellos sólo se requiere simplemente una colchoneta y son los que se describen a continuación.

1) Rolar hacia delante: Recostarse de espaldas con las rodillas flexionadas y los brazos a los costados del cuerpo. Inhalar profundamente tres veces y elevar el torso con los brazos extendidos al costado. Mantener la mirada hacia delante, pero con el cuello relajado para no contracturarlo. Al hacer la fuerza (levantamiento del tronco) exhalar el aire. Los pies deben quedar sobre el piso y las rodillas deben permanecer flexionadas. El ejercicio finaliza cuando uno se sienta realizando la mayor contracción abdominal y manteniendo las piernas flexionadas y juntas.

2) “El cien”. Este ejercicio se utiliza para entrar en calor. Recostado de espaldas debe elevar las piernas flexionadas llevándolas hacia el tronco, procurando que la columna no se despegue del piso. Luego elevar el torso para, de este modo, contraer tanto abdominales superiores como inferiores, mientras las piernas continúan flexionadas y los pies se encuentran en línea recta. En esta posición de contracción se mueven los brazos hacia arriba y hacia abajo mientras se realizan 5 inhalaciones primero y 5 exhalaciones después. El objetivo es completar cinco ciclos de respiraciones, luego relajarse y nuevamente repetirlo hasta realizar diez ciclos. Para aumentar la dificultad se puede realizar el ejercicio con ambas piernas extendidas. Al finalizar bajar el torso y llevar las piernas flexionadas hacia el pecho.








3) Rolar hacia atrás: Postura inicial: sentado con las piernas flexionadas y la espalda derecha, los pies apoyados en el piso. El objetivo es bajar la espalda concentrando la fuerza en el abdomen. Mientras se desciende la columna debe arquearse para que la espalda forme una “c”. Mientras tanto el mentón mira hacia el ombligo. Esta posición de contracción debe mantenerse mientras e realizan tres respiraciones profundas. Volver a la posición inicial y repetirlo tres veces.

4) Rolar como una pelota: En posición sentado, flexionar las piernas y elevar los pies del suelo. Tomar las piernas por detrás de las rodillas con las manos y curvar la espalda para alcanzar el equilibrio. Ir descendiendo hacia atrás para conseguir masajear la espalda en la colchoneta. La espalda siempre debe permanecer curva, las rodillas flexionadas y el mentón mirando hacia el ombligo. Continuar girando hasta que las piernas estén elevadas mirando hacia el techo (flexionadas) Exhalar en esa posición y volver a la original. Repetir el ejercicio de 6 a 10 veces.

5) Estiramiento de piernas: Acostarse con las piernas flexionadas. Y los brazos al costado del cuerpo. Tomar una pierna y presionarla flexionada hacia el pecho al tiempo que la otra se extiende hacia arriba. Mientras se realiza este ejercicio la cabeza y el pecho se levantan de la colchoneta para conseguir un estiramiento mayor. Repetir el mismo procedimiento con la otra pierna.
6) Círculos de piernas: Recostarse con el cuello estirado y los brazos a los costados del cuerpo. La pierna izquierda debe estar flexionada y el pie apoyado sobre la colchoneta y la pierna derecha permanecerá extendida y elevada. Con la misma realizaremos círculos hacia adentro que repetiremos cinco veces con cada pierna y en cada sentido (con las agujas del reloj y opuesto a las mismas). Los círculos no deben sobrepasar la línea de los hombros y deben ser acompañados por respiraciones profundas.

7) Estiramiento doble de piernas: Recostados en la colchoneta, flexionar ambas rodillas y llevarlas hacia el pecho. Sostener los tobillos con las manos y despegar la cabeza y los hombros de la colchoneta. Exhalar sin que la parte baja de la espalda se separe del suelo. Inhalar y extender ambas piernas conformando un ángulo de 45 grados al tiempo que se extienden los brazos y se llevan hacia delante. Exhalar y nuevamente flexionar las rodillas hacia l pecho tomándolas firmemente. Repetir ocho veces estos movimientos.

8) Estiramiento de espalda: Sentarse con las piernas semiflexionadas y abiertas según el ancho de los hombros. Extender la espalda y los brazos hacia adelante. Exhalar y llevar el tronco hacia delante y bajar la cabeza. La espalda debe arquearse al tiempo que los dedos de los pies apuntan hacia el techo. Inhalar y regresar a la posición inicial.



Salmos 38:2-4

2 Me has herido con tu enojo; has descargado tu mano sobre mí. 3 Tan grande ha sido tu disgusto que nada sano tengo en el cuerpo; tan grande ha sido mi pecado que no tengo paz en los huesos. 4 Ya no aguanto mi maldad; ¡no soporto carga tan pesada!

La sangre modula la forma en que las neuronas procesan la información
El hallazgo modificará las terapias para enfermedades como el Alzheimer, la esquizofrenia o la epilepsia


La sangre no sirve sólo como sustento y nutrición para el cerebro, sino que, además, modula la forma en que las neuronas procesan la información, según una investigación del MIT. Estos científicos han comprobado que cambios localizados en el flujo de sangre afectan a la actividad de las neuronas cercanas, modificando la forma en que éstas se transmiten las señales unas a otras y, por lo tanto, regulando el flujo de información por todo el cerebro. El hallazgo podría suponer beneficios médicos para enfermedades como la demencia o la epilepsia.


La sangre alimenta al cerebro, al igual que al resto del organismo, con los nutrientes y el oxígeno necesario para proporcionar energía a las células. Por esa razón, los problemas y crisis cardiovasculares pueden tener un impacto profundo en el cerebro. Las embolias, por ejemplo, en las que un coágulo bloquea el flujo de sangre hacia el cerebro, dejan con frecuencia a los que las padecen incapacitados o muertos.

El sistema vascular del cerebro es una red compleja e interconectada que se comunica íntimamente con las neuronas o la neuroglía. Típicamente, se ha considerado que la hemodinámica (rama de la fisiología que trata de las fuerzas que influyen en la circulación de la sangre) no era más que un sistema metabólico de sustento. Si, como defienden los investigadores, además juega un papel en el procesamiento de información a través de la modulación de la actividad neuronal, el hallazgo podría suponer beneficios médicos para problemas como la demencia o la epilepsia.






Efectos beneficiosos del ejercicio físico sobre el cerebro
Proverbios 13:17
El mal mensajero acarrea desgracia; Mas el mensajero fiel acarrea salud.


Aunque la sabiduría popular reflejada en el viejo aforismo romano "Mens sana in corpore sano" reconocía ya la evidente conexión entre salud física y mental, sólo recientemente la comunidad científica ha prestado atención a la relación entre ejercicio físico y función cerebral. Al principio se pensaba que los efectos positivos del ejercicio físico se debían fundamentalmente a que el flujo de sangre al cerebro aumenta significativamente, con lo que las células cerebrales se encuentran mejor oxigenadas y alimentadas y esto contribuye a que estén más sanas. Aún siendo esto un aspecto importante, el ejercicio produce una gran variedad de efectos sobre el cerebro, que sólo ahora estamos empezando a conocer, y que no se pueden explicar exclusivamente por un aporte mayor de nutrientes. Por ejemplo, no sólo la actividad intelectual es importante para mantener la capacidad intelectual a medida que se envejece; el ejercicio físico también lo es, y aún no entendemos bien cómo. El ejercicio ha demostrado ser un método excelente de protección frente a enfermedades neurodegenerativas, e incluso puede ayudar a disminuir el impacto de estas enfermedades. En este artículo nos ocupamos de los mecanismos responsables de estos efectos beneficiosos, aunque hemos de decir que todavía no los conocemos en detalle.


¿Cómo estimula el ejercicio físico al cerebro?


Hemos de empezar reconociendo que aún no lo sabemos, sólo estamos empezando a conocer algunos de los mecanismos implicados. Los mejor establecidos son aquellos mecanismos de respuesta inmediata a las demandas que el ejercicio produce y que por lo tanto son de tipo adaptativo. Cuando realizamos una actividad física, aparte de coordinar el movimiento de los músculos implicados en el movimiento que se esté realizando, el cerebro coordina todas las funciones corporales necesarias para que esos músculos funcionen correctamente en una situación que básicamente demanda un mayor consumo de energía. Los mecanismos metabólicos activados y controlados por el cerebro se conocen razonablemente bien desde hace años, y están detalladamente descritos en los manuales de fisiología (http://www.els.net). Las señales que envía el cuerpo para que el cerebro ponga en marcha las adaptaciones fisiológicas necesarias a la nueva situación que el ejercicio demanda no están establecidas, pero se cree que incluyen cambios en la concentración de metabolitos sanguíneos, de la concentración de CO2 en la sangre, del pH sanguíneo, y otros.

Dos líneas de trabajo independientes han hecho que recientemente se esté prestando más atención a la conexión entre ejercicio y funcionamiento cerebral. La primera se refiere a la observación de hace ya unas décadas de que el ambiente incide de forma insospechadamente importante en el desarrollo y mantenimiento de la capacidad de aprendizaje y memoria. Experimentos ya antiguos muestran que los ambientes que proporcionan una mayor cantidad y calidad de estímulos favorecen un mayor desarrollo cerebral, tanto desde el punto de vista anatómico, como funcional (Greenough et al., 1987). En el laboratorio llamamos a esto un ambiente "enriquecido".

De hecho, los programas pedagógicos tan en boga en la actualidad, dirigidos a niños de corta edad, se basan en gran medida en este tipo de observaciones. Estudios más recientes han mostrado que una parte importante de los efectos beneficiosos sobre el cerebro de este ambiente "enriquecido" se deben a que este ambiente siempre incluye realizar una mayor actividad física.

Por ejemplo, la mera realización diaria de ejercicio físico es suficiente para hacer que los animales de experimentación produzcan más neuronas (aunque es un hecho poco conocido aún, el cerebro continua formando nuevas neuronas a lo largo de toda la vida) o que las que ya tienen no se pierdan a medida que envejecen (Larsen et al., 2000; van Praag et al., 1999).

El segundo tipo de observaciones viene derivado del estudio sobre la fisiología del deporte. Analizando cómo se promueve el desarrollo muscular por las llamadas hormonas anabólicas, se vio que el ejercicio estimula la liberación a la sangre de hormona de crecimiento (GH, de su nombre inglés ‘Growth Hormone’), que es la principal responsable del crecimiento del cuerpo (Eliakim et al., 1999). La GH a su vez hace que el hígado produzca un factor de crecimiento denominado IGF-I (de su nombre en inglés ‘ Insuline-like Growth Factor I; ver Figura 1).



El IGF-I hace que el músculo crezca en tamaño. Esto lo saben bien los culturistas, que utilizan esta sustancia de forma clandestina, para promover crecimiento muscular masivo. Pues bien, el IGF-I es un factor neurotrófico muy potente (Torres-Alemán, 2001). Como ésto se conoce tan sólo desde hace unos años, sólo muy recientemente se ha relacionado la capacidad neurotrófica del IGF-I con la práctica de ejercicio. Como el ejercicio físico estimula al eje hormonal GH-IGF-I, pensamos que era posible que el ejercicio ejerciera efectos protectores sobre el cerebro a través del IGF-I. Cuando comparamos los efectos del ejercicio y del IGF-I sobre el cerebro vimos que eran idénticos (Carro et al., 2000). Es más, si impedíamos que el IGF-I funcionara, también interrumpíamos los efectos del ejercicio sobre el cerebro. Esto nos hizo considerar al IGF-I como un mensajero que utiliza el cuerpo para informar al cerebro de que se está produciendo una situación de ejercicio físico. En el laboratorio hemos comprobado que cuando se realiza ejercicio, el cerebro acumula más IGF-I producido por el hígado (Carro et al., 2000).





Para Prevenir el Accidente Cerebro Vascular


Es primordial actuar sobre los cinco elementos mayores del modo de vida:
- El tabaco.
- El estrés.
- La actividad física.
- El alcohol.
- La alimentación.

Estos factores pueden ser desencadenantes de las causas principales de ACV, como es la Hipertensión Arterial (HTA) y la Hipercolesterolemia.
Entre los factores ligados al modo de vida destaco el tabaquismo, el cual mencioné anteriormente. Este se debe a que los fumadores tienen 3 veces más posibilidades de tener un A.C.V. que los no fumadores y los grandes fumadores 4 a 5 veces más posibilidades de tener un A.C.V. que los pequeños fumadores.

El consumo de alcohol ligero o moderado ( uno o dos vasos por día de vino tinto, con las comidas) puede tener un efecto benéfico sobre el riesgo de A.C.V., esto es por la acción antioxidante de los alcoholes. Un consumo mayor de alcohol debe ser evitado porque puede tener un efecto inverso y originar otros problemas de salud.

El ejercicio regular, como lo dije anteriormente, reduce el riesgo de accidente vascular cerebral Destaco que este debe ser de acuerdo a la edad y sexo, ya que no se puede sobre explotar el cuerpo. El efecto protector se debe a los efectos benéficos del ejercicio sobre la hipertensión arterial y la obesidad entre otras acciones. Es recomendable efectuar una actividad de intensidad física moderada, esto es, una pequeña marcha durante treinta minutos por cuatro días a la semana. Esta regularidad es mejor que un ejercicio violento esporádico.

Los factores nutricionales pueden jugar un rol de gran importancia en el riesgo de A.C.V. . Por ejemplo, el consumo de sodio está asociado a la hipertensión arterial. Las frutas y legumbres pueden, gracias a su efecto antioxidante y a su gran existencia de potasio, tener un efecto favorable. Por contribuir a la prevención de A.C.V. y de otros problemas vasculares, es recomendable limitar los aportes de lípidos en los alimentos, sobre todo las grasas saturadas, encontradas en gran medida en la comida chatarra, a menos de 30 % de los aportes energéticos totales, y con el colesterol a menos de 10 % de estos aportes, debiendo consumirse frutas y legumbres al menos cinco veces por semana.
Hay que recordar que la hipertensión arterial es un factor de riesgo de A.C.V. que tiene la prevalencia más elevada y que es el más fácil de modificar. Todas las personas con HTA deben ser tratadas por médicos, probablemente durante toda la vida. En los pacientes ancianos, la hipertensión aislada limitada, aquella en que solamente el valor superior está un poco elevado, debe ser tratada para evitar un A.C.V. o accidentes cardiovasculares.


















Factores incidentes en el A.C.V


La inactividad física incrementa el riesgo de enfermedad cardiaca, por lo que se produce un aumento en el riesgo de A.C.V. . Esto es, que al realizar una actividad física moderada podemos obtener una baja considerable de las posibilidades de obtener un accidente cerebro vascular. Este ejercicio consiste en que durante 30 minutos, 4 veces a la semana realicemos alguna actividad física, ya sea trotar, correr, jugar fútbol, etc...

La actividad física produce normalmente una elevación y luego una baja de la presión; esta gimnasia arterial mantiene la elasticidad de las paredes arteriales, favoreciendo el mantenimiento de una baja presión, elemento esencial para el buen funcionamiento de cerebro y corazón.

Otro factor incidente en la obtención de un accidente cerebro vascular es el tabaco, que además de afectar el cerebro con la adicción, lesiona las arterias cerebrales al producir ateromas sobre los cuales puede comenzar a formarse un coágulo, que en determinado momento, al avanzar la isquemia, produce obstrucción parcial o total de una zona cerebral y daña el tejido cerebral.

Hechos 27:34
Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá.









Referencias:
http://es.wikipedia.org/wiki/Proactividad
http://es.wikipedia.org/wiki/Actividad
http://www.actividadfisica.net/actividad-fisica-definicion-actividad-fisica.html
http://www.nutrinfo.com.ar/pagina/info/actfisic.html
http://encolombia.com/medicina/amedco/amedco-01comunidad1.htm http://blogs.sawebsos.com/index.php/psicologosmadrid/2008/04/11/las_tareas_del_hogar_tambien_fortalecen_
http://www.derf.com.ar/despachos.asp?cod_des=199676&ID_Seccion=54
http://www.vivirsalud.com/2007/11/15/la-depresion-es-una-caracteristica-de-las-mujeres/
http://psicologiacristiana.com/portal/content/view/518/154/
http://www.terra.com/mujer/articulo/html/hof21196.htm#
http://www.webdelhombre.com/2007/12/para-ejercicios-de-abdominales-mas-faciles
http://www.musculacion.net/Article76.html
http://www.tendencias21.net/La-sangre-modula-la-forma-en-que-las-neuronas-procesan-la-informacion_a1851.html
http://www.deportesalud.com/deporte-salud-beneficios-del-ejercicios-fisico-para-el-cerebro-.html

Redactado para usted por: Rubén Méndez

No comments: